12. Con solo tocarte

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Escenas +18

Nozomi daba vueltas en su cama sin lograr conciliar el sueño. Los pensamientos más lúbricos acudieron a su mente al analizar la propuesta de Enishi. ¿Debía ir a su encuentro? Era claro que no le resultaría conveniente. Aún así...

Se levantó de la cama de un salto lleno de impaciencia y salió de la habitación. Muy a su pesar, sus pies la condujeron hacia la estancia de Enishi. Era lo que deseaba hacer; no entendía por qué, pero así era.

Al entrar en la habitación, no pudo ver nada. El lugar estaba absolutamente a oscuras.

—¿Enishi? —llamó en voz muy baja.

En ese momento, la luz de una lámpara cayó sobre ella de golpe y sintió que dos recios brazos rodeaban su cintura a sus espaldas. Poco le faltó para soltar un chillido de sorpresa.

—Sabía que vendrías —escuchó que Enishi le susurraba en el oído, tranquilizándola al instante.

—Fue una mala idea —musitó Nozomi, colocando sus manos sobre las de él para deshacer el agarre.

—¿Por qué lo sería? —Enishi no la soltó, sino que trató de apegarla aún más a su cuerpo.

—Pareces un animal en celo —Nozomi se revolvió molesta, intentando separarse de él.

—Tal vez lo sea. Y tú serás mi hembra.

—No sé si esté preparada para eso.

—Lo estás. De lo contrario, no hubieses venido.

Contra todo pronóstico, a Nozomi no le molestó la lujuria y posesividad que desbordaban las palabras de él.

Enishi la volteó para que quedaran frente a frente, haciéndola fijarse en que no traía lentes ni otros aditamentos, y se inclinó hacia ella con la intención de besarla; pero la chica, con un brillo travieso en la mirada, llevó una mano a los labios de él en rotunda señal de negación y lo detuvo. Enishi la miró confundido, con una expresión de inocencia rara de ver en alguien como él, del tipo de inocencia perdida que despertaba una ternura desmedida en Nozomi. 

Un instante después, la muchacha apegó su cuerpo al de él y, con sus labios, buscó los del joven. Necesitaba demostrarle que ella era una mujer con iniciativa, lo suficientemente fuerte como para no ceder a sus deseos. Mas ese beso solo provocó que la excitación de Enishi creciese aún más.

—Conque quieres jugar, ¿eh? —Enishi sonrió con la respiración agitada, sus labios se encontraban a escasos centímetros de los de la joven.

—No... Solo quería demostrarte que yo también puedo —Nozomi temió haber despertado instintos carnales demasiado primarios en él—. No quiero esto...

—Tu cuerpo no dice lo mismo —Enishi mantuvo su mano alrededor de la cintura femenina. Aún a través de las bastas telas que la cubrían, podía notar la dureza de los pezones contra su pecho y sonrió con lascivia—. Apuesto a que ya estás mojada.

En efecto, Nozomi sentía su cuerpo invadido por oleadas de un calor delicioso y sofocante que surgía de sus propias entrañas y era alimentado por algo que humedecía su entrepierna. 

—Creo que solo estás encaprichado conmigo, Enishi —murmuró ella, sintiéndose incapaz de ofrecer la más mínima resistencia cuando él, de la manera más suave, la hizo acostarse sobre la cama.

—Encaprichado, obsesionado, enamorado, es lo mismo —dijo Enishi al tiempo que la despojaba de las sandalias y los calcetines; tras conseguirlo, acarició los pies de la chica haciéndole cosquillas, provocando que ella riera alegre.

Esperanza escrita con lágrimas de sangre y pasión [Rurouni Kenshin Fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora