Maldito mundo

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Ella ya habia llegado, estaba apunto de entrar a su diaria tortura. Y como en toda tortura siempre hay verdugos. En su caso eran 3 Carol, Carla y Camila. Todos los días, a toda hora, en todo lugar no faltaban para hacerle daño cuando menos lo esperaba o incluso cuando si.
Abuso sería una palabra bonita para describir lo que pasaba a diario.
Ya llevaba un buen tiempo pasando este dolor como aproximadamente 5 años. Llevaba con ellas desde primaria y desde ya un año su cabeza estaba llena de pensamientos suicidas.
Comenzó a cortarse hace unos meses y ya tenía planeado suicidarse en algún momento no muy lejano.
Las 3 demonios eran por así decirlo las reinas de la escuela, las matonas, las que controlan todo, las idolatradas. Carla era la lider de ese grupito, la más alta la más cruel, era rubia, ojos azules, todas la veían como un sueño inalcanzable, la más popular, era casi perfecta. Tenía todo lo que una mujer quisiera tener: buenas caderas, piernas esbeltas, buena talla de estatura y de pecho, buena retaguardia, todo.
Todo menos un buen corazón.
Era cruel, arrogante, manipuladora, posesiva, etc etc.
Las otras 2 chicas eran un poco más ordinarias. Carol era parecida a Carla físicamente a excepción del cabello que ella lo tenía negro y los ojos verdes como un pantano. Era la seguidora apasionada de Carla, su segunda al mando y siempre hacía todo lo que ella dijera sin dudar.
Y Camila, a decir verdad ella era un poco diferente, era más bajita que las otras 2 y tenía el cabello negro tambien. En tallas también era un poco menor pero lucía casi igual que Carol. Ella era el borrego de Carla y siempre era manipulada por ella. Ella solo quería sentirse popular y además consideraba a Carla una de sus mejores amigas y haría lo que fuese con tal de no perder su amistad pero la rubia solo la veía como una marioneta, un títere.
Siempre las 3 vestían igual, se peinaban igual e incluso se maquillaban igual.
Y elisa no era la única víctima de sus maltratos.
Golpes aquí, insultos allá, te robo el almuerzo por acá, te tiro tus cosas, en fin
Pero elisa en especial era su saco de boxeo.
Les encantaba golpearla, insutarla, hacerla gritar, era como un pasatiempo.
La razón es sencilla, cuando llegó como "la nueva" sintieron envidia de ver a una chica segura, feliz e incluso muy atractiva. La azotaron tan cruelmente durante muchos años hasta ver a una chica depresiva, asocial y tímida.
Elisa descendió del autobús y avanzó insegura a las puertas de la preparatoria.
Era un edificio grande, blanco, de 4 pisos, 2 patios y muchos salones y ventanas que se podían ver desde afuera.
Ella entró y se dirigió a la zona de los lockers en el primer piso y apenas dió la vuelta para dirigirse al pasillo con los contenedores de metal las vió...

-Ah Ah!! Miren quien esta allí- dijo la rubia avanzando encabezando un triángulo con sus otras dos seguidoras.
Caminaban por el medio del pasillo y la gente a su paso se abría hacia un lado para no estorbar como si estuvieran en un desfile de modas.
La pequeña chica solo se quedó parada mirando fijamente al suelo.
- Eli Eli, nuestra chica favorita- dijo haciendo énfasis en favorita frente a ella
- sabes lo que te espera no planita?- dijo una voz chillona detrás de Carla, era Carol
- acompañanos! A MI GA- dijo mientras le ordenaba con los dedos a camila que la llevase con ellas.
La tomó del brazo y la llevó caminando al baño de mujeres que quedaba a 5 metros de donde estaban.
Elisa no puso resistencia, solo dejó que continuaran con su tormento.
Apenas pasaron por la puerta Carla tomó su cabello y la empujó al suelo provocando que se cayera con su mochila.
- como te fue ah?- dijo mientras ponía un pie sobre la cabeza de la chica- trajiste nuestras tareas?-
-N-no pude... Lo siento-
-Ah ... No pudiste?- hizo una pausa para quitar su pie- PORQUE NO PUDISTE PEDAZO DE INÚTIL!!- le gritó y le clavó una patada en la cara. De su nariz comenzó a chorrear sangre mientras seguía en el piso.
-NOS VAN A REPROBAR POR TU CULPA!!!- le gritó mientras le daba varias patadas en el estómago lo que le provocó una pequeña tos.
Carla retrocedió dos pasos y chasqueó los dedos 2 veces.
-Levántenla!!! Que esperan!! Ya!!!- les ordenó a las chicas.
Ellas obedecieron y la levantaron de los brazos. La chica no podía ponerse de pie correctamente asi que la tuvieron que sostener.
La rubia le apretó los cachetes con una mano y le levantó la mirada.
-y esto... Esto es para que aprendas a hacernos quedar bien entendiste?- dijo y le soltó una cachetada.
Retrocedió un poco y dijo
- Querida parece que tu cara está un poco sucia verdad? Te daremos una refrescadita - rió cínicamente- Carol, Camila, ya saben lo que deben hacer-
ambas chicas comenzaron a arrastrarla hacia un cubículo.
Por suerte los baños siempre estaban limpios.
Elisa trató de poner un poco de resistencia pero su cuerpo no le permitió hacerlo.
Entonces Camila abrió la tapa de inodoro y Carla empujó con su pie la cabeza de la chica dentro de él.
La chica movía sus brazos desesperadamente tratando de zafarse sin éxito. Ella sentía que se ahogaba mientras las chicas reían cruelmente.
Carla levantó su pie para que Elisa pudiese respirar lo cual hizo desesperadamente y luego la siguió sumergiendo en ese inodoro.
Así siguieron durante varios minutos hasta que Camila detuvo su agarre por un momento lo que permitió que la castaña tomase aire por un rato.
-Carla no crees que nos estamos pasando un poquito?- dijo la más pequeña-
-Acaso te estás arrepintiendo? Ah? Quieres ser una idiota y terminar como ella?- le escupió la rubia
-N-no disculpa-dijo mirando al suelo-
En eso sonó la campana que indicaba el inicio de clases.
-Bueno! Que pena, nuestra diversión terminó- dijo como lamentándose sarcásticamente
Tomó a la chica mojada del cabello y la tiró hacia atrás con desprecio
-ojalá te sirva de lección tarada- le dijo Carla
- Si! Para- para que aprendas!- le soltó enérgicamente Carol.
- Tu no!! Solo yo digo eso entendiste?- le dijo
-S-si Carla lo siento mucho- dijo arrepentida
-Basta de tanto charlar, nos vamos- se dió la vuelta con sus amigas y se fueron.
Elisa después de un rato se levantó con dificultad del suelo.
Se apoyó en el lavabo para verse en el espejo.
Su nariz aún sangraba y tenía un arañón en el cachete.
Con el cabello y el rostro mojados procedió a lavarse en el caño y después sacó una toalla de su mochila para secarse, venía preparada.
Recogió su mochila y se metió a un cubículo, cerró la puerta y puso la tapa en el inodoro para sentarse allí y llorar silenciosamente.

Hola soy la muerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora