La ciudad santa

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-No! Porfavor no quiero volar, ni nada que ponga en riesgo nuestras vidas!- dijo la chica mirando la vereda de cuarzo
-Volar? De que hablas?- dijo su acompañante apoyado en una ventana abierta de un taxi que permitía ver al ángel que lo conducía
-Que? Yooo? Noo nada vamos vamos entra- dijo Eli empujándolo  hacia el interior del taxi
Una vez sentados y acomodados su recorrido hacia la catedral suprema comenzaba

Ella estaba pegada a la ventana admirando con sus ojos llenos de brillo las maravillas que habían en el cielo
Habían restaurantes de todo tipo y de diferentes países, ninguno era de ninguna cadena de comida que ella reconociese, al parecer eran cadenas propias del cielo

También habían cafeterías, tiendas de ropa, tiendas de electrodomésticos, carnicerías, ferreterías, librerías, etc.
Era bastante parecida a una ciudad humana con respecto a las tiendas porque ni sus habitantes ni las calles eran iguales
Aunque, todos llevaban ropa humana común y corriente contrario a lo que ella se imaginaba
En eso algo llamó su atención en una de las cafeterías, pudo ver lo que pasaba ya que el taxi hiba lento para que pudiese ver toda la ciudad, al parecer una persona había derramado su café sobre la ropa de la otra accidentalmente
Había tensión  y ella estaba ansiosa de saber que pasaría
¿Se pelearían?, ¿Se harían daño?
Todas esas dudas se esfumaron de su cabeza cuando vio que ambas personas se estaban abrazando y la que tiró el café le regaló su polera a la otra persona
Ella quedó atónita

Mientras tanto el taxista y el portador de la muerte hablaban animadamente

-Proooxima parada, la catedral suprema!- dijo el taxista con una gran sonrisa
En eso se pudo divisar por las ventanas toda la catedral suprema

Era como el vaticano pero mucho más grande y hecha de cuarzo con placas de oro grabado que parecían relatar algo
El taxi se detuvo frente a la entrada

-Y con que van a pagar?-dijo

El chico se quedó callado y ella comenzó a buscar dinero en sus bolsillos desesperadamente
-N-Nosotros no tenemos dinero-dijo ella
En eso ambos seres se echaron a reír
-Que pasa?-
-Querida aquí no existe el dinero!!, todo es gratis- dijo él
-Es todo cortesía del cielo- dijo el ángel aún sin parar de reír

Ella se enojó un poco

-Ya ya vamos, las oficinas nos esperan- dijo él abriendo la puerta para que ambos pudiesen bajar
Una vez fuera agradecieron al taxista y comenzaron a subir las escaleras
Ya arriba pudieron contemplar una hermosa vista de lo que habían recorrido que al parecer ya llevaban horas porque se había hecho de noche y se veían las luces de las casas y las tiendas, las farolas se veían como una tira de luces de navidad

-Adelante- los recibió un ángel en la puerta
Entraron y vieron la catedral
Todo era hermoso
El suelo tenía diseños al igual que los pilares que sostenían la catedral hecha de cuarzo, ella se quedó mirando todo maravillada
El techo era altísimo pero se podía ver que estaba compuesto de cúpulas y dentro de ellas habían pinturas bellísimas que narraban alguna historia
Al fondo del lugar se podía ver una pared hecha totalmente de oro con estatuas de ángeles  también de oro adheridas a la pared, en frente se podía ver un altar
En eso de una puerta lateral comenzaron a salir muchísimos querubines que se ubicaron a los extremos del altar
Se abrió el grabado de oro que había en la pared final detrás del altar y una luz cubrió todo el lugar
-Ven! Arrodillate!- le dijo a la menor jalándola suavemente hacia unas bancas ubicadas para que hubiese una especie de carril en el centro

De esa luz salió un bellísimo arcoíris y todos los querubines comenzaron a cantar una melodía hermosa pero inentendible sin ningún instrumento

Salió un trono dorado y sobre él estaba sentado el todopoderoso

El trono estaba lleno de piedras preciosas que brillaban

Hola soy la muerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora