LA NIÑERA [TERMINADA]

22

— ¿Qué ocurre? —Le preguntó Melanie a su novia al verla despierta en la madrugada.

— No puedo dormir.

— ¿Tomaste la melatonina?

— No... —Emaline mintió, la razón por la que no podía dormir era Melanie... Y el Señor Hader. Estaba preocupada por lo que había dicho Lucía sobre su novia.

— ¿Qué hora es?

— Las 4. Saldré a caminar.

— No vayas muy lejor y abrígate. —Dijo Melanie besando su mejilla.

•••
Eran las 5. Emaline había ido a la playa, siempre iba allí cuando algo le preocupaba. Le gustaba sentir el agua fría del mar en los pies.

— ¿Emaline? —Dijo una voz masculina haciendo que la mencionada se volteara asusta.

— ¿Señor Hader?

— Lo siento, no quise asustarla. ¿Qué hace a esta hora en el agua? Se puede enfermar.

— No podía dormir... ¿Y usted que hace en la playa?

— Salí a trotar, con mi perro. Ahí viene —Un beagle venia corriendo hacia Emaline, ella se agachó para acariciarle.— Se llama Bruno.

— ¡Hola bruno! Eres muy bonito. ¿Cuántos años tiene?

— Cinco, pero lo tengo hace solo unos meses. Era de mi hermana.

— ¿Puedo preguntar qué le pasó?

— Claro. Se fue por trabajo a Alemania —William rio al ver la cara de alivio de la chica.— ¿Pensó que le había pasado algo malo? —Emaline asintió y el se rio de nuevo.

— No se ría...

— Bueno Bueno, es que debería haber visto su cara... —Miró su reloj.— Bueno debería ir a mi casa... ¿Vive cerca?

— Vivo a unas cuadras, cerca de la plaza central.

— La acompañaré, todavía está muy oscuro para que ande sola.

•••

— ¡¿Lo dejaste que te acompañara a tu casa?!

— ¡Lucía! Habla más bajo... —Dijo Emaline avergonzada.

— ¿Lo dejaste que te acompañara a tu casa? —Dijo la chica susurrando a lo que su amiga asintió.— Estas loquisima.

— ¿Por qué? Digo el se ofreció y no quise decirle que no, además fue muy amable.

— ¡No porque sea amable debes dejarlo que te acom... —Lucía no terminó su oración porque Melanie estaba detrás de su amiga.

— ¿De quién hablan?

— ¡De nadie! —Dijeron las dos al unísono.

— ¿Emaline?

— No hablábamos de nadie —Dijo nerviosa. Justo en ese momento William pasó y le saludó, Emaline le saludó de vuelta sonrojada, su novia se le quedó mirando.

— Es mi profesor de historia...