Capítulo 17

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27 de octubre

"Villa llegamos" estaba despierta. Pero pretendía no hacerlo. Mi respiración estaba tranquila, por lo que no me delataba. Estaba abrazada a Villamil como si el separarme  de él fuera algo de vida o muerte. Un comportamiento masivamente estúpido e infantil. Enamorarse es infantil. No hay otra explicación, tiene que serlo. Entregarle tu corazón a otra persona para que sea capaz de manejarlo a gusto y antojo. Es emocionalmente kamikaze. Y yo estaba en esa fase, con una persona que jamás en la vida me iba a ver como más que una caricatura naranja neón en la tierra. Una persona que estaba completamente seguro que ya sabía con quién iba a pasar el resto de su vida, alguien que más que obviamente no era yo.

Contarle a Isaza lo que me pasaba, había sido probablemente algo demasiado inconsciente y estúpido. Pero, demándenme, necesitaba decírselo a alguien. Mi hermano estaba lejos, mi mejor amiga era la razón por la cual había entrado en una irritante fase de llanto crónico, con Simón había demasiada historia como para ir con un "hola Moncho. Tengo un problema ¿sabes? No sé qué hacer. Enserio. Me siento para la mierda. Pasó algo que no sé cómo llegó a suceder. No sé cuándo pasó. Y mucho menos en qué momento dejé que se convirtiera en algo tan nocivo para mi propia integridad sentimental. Estoy enamorada de tu amigo. ¿Qué hago?" si hubiera hecho eso, y yo fuera Simón, me tiraba de la Van en movimiento, por estúpida. Y Martín es hermano de Simón, o sea ¿se entiende? ¡ah! Casi me olvido, ¿resalté la parte en la que Villamil y mi mejor amiga de toda la vida habían pasado la noche juntos? Esa era la mejor parte de toda esta mierda. Era la confirmación oficial de que era tan estúpida como él siempre me decía que era.

"¿me ayudas a acomodarla para que no se despierte?" preguntó a quien fuera que estuviera avisándole que habíamos llegado a la próxima parada del tour. No conocía la voz. Probablemente era del staff o algo así. En un suave movimiento se fue de debajo mío. Soltó el agarre fuerte que tenía en su camiseta. Me había obligado, era la última vez que me acercaba físicamente a él. De otra manera me iba a quedar seca de tanto llorar. Lo más irónico y estúpido es que no estaba segura por qué lloraba. Si, sacando el hecho de que todo lo previamente enumerado. Siempre había sido una persona relativamente fuerte. Si, me consideraba fuerte. ¿Por qué un pendejo obsesionado con Harry Potter, con un ego más grande que el Himalaya y una voz que te derrite completamente había conseguido meterse en mi vida, me había obligado a quedarme, sin siquiera avisarme caer completamente rendida por él? No tiene sentido. Simplemente no lo tiene.

"¿está bien?" preguntó esa voz. Quería abrir un ojo y espiar, pero me aguanté y solo me quedé quita en la posición que Villamil me había dejado. Se escuchó un silencio por un momento.

"no sé, espero" estaba mejor. No estaba segura si estaba bien, pero si estaba mejor. Eso seguro. Era una cuestión de estado mental. Me había obligado a resetear mi mente de manera que piense en cualquier cosa menos en Villamil. Me tenía que obedecer. "¿y los demás?" preguntó. Ni siquiera llegué a escuchar la respuesta, lo que me indicaba que ya se habían alejado lo suficiente. Abrí los ojos y me estiré un poco más.

"¿____?" preguntó Cassi desde la puerta de la Van. Me limpié la garganta rápidamente. No quería ningún vestigio del hecho de que había estado llorando por una cantidad de horas que ya había perdido la cuenta. Ni siquiera sabía que se podía llorar tanto. Y menos por un chico.

"Hola Cass" saludé. Vi como entraba y se dejó caer a mi lado. Estaba sonriente. Y estaba linda. Villamil tenía razón, Cassi era linda, más que linda. ¿Por qué me iba a elegir a mí? ¡exacto! No lo iba a hacer. ¿Por qué no me podía gustar Simón? Tenía la sensación de que ahí las cosas tenían más oportunidad de pasar. No, no tenía la sensación, definitivamente tenían más oportunidad de pasar.

Gracias a mi fan fic (Juan Pablo Villamil)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora