Gracias a mi fan fic (Juan Pablo Villamil)

Capítulo 23

7/8 de enero

"¿Má? ¿Jay?" pregunté mientras bajaba la escalera. Había estado encerrada todo el día. Eso se había vuelto prácticamente una rutina desde que había regresado de mis vacaciones sin mi mejor amiga. Después del viaje al tour había vuelto sin siquiera tener una mejor amiga, porque esta me había cambiado por un estilo de vida elegante y unas increíbles ganas de meterse en una sociedad que, si me preguntan a mí, nada tenía que ver con ella. Por más que lo intentara negar. Éramos parecidas, porque habíamos nacido prácticamente juntas, porque habíamos crecido juntas, porque sabía todo de ella y quien era ella. Aunque...no bueno, tal vez no lo sabía tanto. La mejor amiga que yo creía que tenía nunca hubiera hecho lo que Cassandra hizo, y mucho menos se hubiera ido con el chico que sabía que me gustaba solamente para no sé... ¿usarlo? Supongo que si. Porque no es normal que de pronto te fijes en alguien de manera increíblemente intensa, una vez que te enteras que él está detrás tuyo y que a quien se supone que es tu amiga de toda la vida le gusta. En sencillas palabras se volvió una hija de su madre. "¿nadie?" silencio de nuevo. Suponía que habían salido todos. Tomé mi abrigo del perchero de la entrada, el gorrito de lana y entonces salí a la calle. Probablemente iba a ir a tomar un café, tal vez comer algo rico, después iba a volver a encerrarme hasta tener que ir al colegio y al día siguiente básicamente iba a estar viviendo lo mismo. Sip, mi vida es una montaña rusa de situaciones cambiantes. Lo sé. Envídienme.

Caminé unas cuadras hasta lo que sería la calle principal. Mi ciudad es tan chica que prácticamente nada es una calle principal. Pero consideramos esa donde están los tres negocios más relevantes. Una cafetería, un negocio de ropa cara y una tienda de electrónica. Y después pretendían que me acostumbrara a Bogotá o a Madrid. No señores, yo soy una chica de tres negocios como centro de la ciudad. Nada más.

Entré a la cafetería de la señora Potter, una señora en sus sesenta, había llegado a mi ciudad desde Inglaterra desde hace no sé cuántas décadas. Y desde que había conocido a Villamil, ir ahí me hacía recordarlo. Básicamente por el apellido Potter. Él era probablemente la persona más trastornada con esos libros que conocía. Generalmente estaba segura que solo bromeaba o que lo usaba en una especie de sarcasmo, pero a veces estaba gravemente preocupada por su estado mental. Me hacía creer que estaba seguro que Hogwarts existía pero que solo dejaban a ir a hijos de políticos y que era un secreto internacional regido por la ONU. No es normal...Pero después simplemente pienso y es como que Juan Pablo Villamil no es normal, entonces todo puede seguir comúnmente.

"buenos días ¿Qué puedo servirte?" preguntó la voz de la empleada que estaba ahí desde esa semana. Las cambiaba cada siete días la señora Potter. Probablemente porque se le ocurría contratar a todas las chicas más inoperantes de mi escuela. Ésta era una rubia que en la clase de gimnasia pensó que el objetivo del vóley era correr, tirar la pelota por arriba de la red, agarrarla y correr hasta el aro donde tenías que encestarla con el pie.

"un cappuccino y una galleta de avena" respondí tranquila. Asintió y comenzó a hacer mi pedido.

"¿lo vas a tomar acá?" preguntó. Mire alrededor en el lugar, había solo una mesa ocupada y estaba sentado un profesor de física que daba para los alumnos de dos años menos que yo. Así que asentí y caminé a una mesa. Me senté y saqué mi celular. Abrí los contactos y me quedé mirando al número de Villamil.

Así de patética era. O sea, no escatimaba en patetiquéz. Simplemente me la pasaba llorando, deprimida, haciendo cosas estúpidas y recordando todo lo que habíamos pasado juntos. En especial la parte de los besos. En especial el beso en la Van, en la mitad de la noche. Ese había sido mi favorito. En ese había sentido como si el de verdad me hubiera querido besar también. Era el único recuerdo más cercano a pensar que de alguna forma me había querido tal vez como un poco más que a una simple amiga.