Capítulo 29 (Final)

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Septiembre 3

"Buenos días" saludé mientras aparecía de la habitación del departamento de Villamil al ambiente principal. Villamil estaba sentado en uno de los sillones con el banjo apoyado sobre una de sus rodillas, sosteniéndolo con el brazo mientras que con la otra mano escribía algo en una libreta que se ubicaba en su pierna libre.

Hacia aproximadamente tres meses se había mudado solo. Y eso se debía a que, primero que todo...es Villamil. O sea, no soporta la sociedad humana la mayoría del tiempo, así que tener un espacio completamente para él lo ponía de buen humor. Tan buen humor como él puede tener. Mi estadía era actualmente en Vivienda Uniandes, son tres edificios exclusivos para estudiantes de las universidades de la zona, considerando que había sido esa mi decisión.

En un ataque de lo que él llama "racionalidad en su máxima expresión" y a mí me gusta más denominarlo "ser un caprichoso soberbio" decidió que no soportaba mas que no tuviéramos un lugar para estar solos cuando quisiéramos. No me mal interpreten, lejos está de mí quejarme. Me encantaba que pudiéramos estar solos los dos, sobre todo cuando nos podíamos ver poco tiempo, por mis estudios y cualquiera de todas las cosas de persona famosa que él tenía que estar haciendo.

"hola" saludó mirándome con una sonrisa, inmediatamente después, bajó de nuevo la vista a s libreta. Caminé donde él estaba y me agaché a darle un beso rápido.

"¿componiendo?" pregunté. Levantó la vista por segunda vez y se quedó con los ojos fijos en mí por un momento, antes de responder.

"no, esta concentración me está demandando hacer la lista del supermercado" que amor, él y su sarcasmo, siempre tan dulce y divino. Levanté mi pie descalzo del suelo y se lo pegué contra la cara por un momento. Era algo que me había dado cuenta que me encantaba hacer, porque a él le molestaba de manera soberana. Y si hay algo en el mundo que me da placer es molestar a Villamil. Además de hacer otras cosas, con él... *cejas levantadas* "¿Por qué siempre me haces eso? ¡es un asco antorcha!" se quejó. Solté una risita antes de dar media vuelta y caminar a la cocina.

"¡tengo hambre!" exclamé con desesperación. Últimamente había entrado en una fase en donde todo sabía rico y tenía hambre todo el tiempo. Agréguenle el hecho de que no había cenado la noche anterior. Estaba famélica. "¡Villamil, ayúdame a preparar el desayuno!" grité desde la cocina mientras revisaba las alacenas. Tostadas. Quería tostadas. Y huevos. ¿no quedaba la torta que nos había llevado Clemencia la última vez?

"llamita, estoy componiendo. ¿no podrías una vez en tu vida valerte por ti misma?" solté un gruñido de protesta. Usualmente lo hubiera hecho sin ayuda, pero ese día tenía ham-bre. ¿Qué no lo entendía? Cuando una mujer tiene hambre es lo mismo que estar en estado de emergencia, todos tienen que moverse para solucionar ese problema.

"¿por favor?" pedí sacando la cabeza de la cocina y mirándolo rendirse. Soltó un bufido y dejó el banjo a un lado y la libreta sobre la mesa pequeña que tenía en frente. "estaba pensado...yo puedo hacer tostadas y tú puedes hacer huevos. Ponle queso y uh, uh ya sé tomate. ¿hay tomates? Que rico, quiero tomates" hablé emocionada mientras metía rodajas de pan en la tostadora.

"no se si ha notado tu ojo de mortal común y corriente, el hecho de que estás comiendo más que yo. Pensaba que eras una señorita, ahora me doy cuenta que eres un camionero disfrazado de antorcha" sonrió ante su propio comentario mientras sacaba las cosas de la nevera.

"ayer no cené y digamos... ¿de quién fue la culpa? Tuya, así que cállate Villamil y simplemente cocina, es lo más importante" hablé mientras veía como la superficie blanca del pan se iba tostando de a poco.

Gracias a mi fan fic (Juan Pablo Villamil)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora