Solo amigos

8

Lance se había cansado de perder y dejó a Pidge en algún juego mientras iba a buscar algo de beber... O sea, alcohol, el cual pasaba de forma agradable su garganta pues ¡todo iba de maravilla! ¡Keith estaba hablando con una chica! Y él estaba coqueteando y bailando con otra, ¿no era así como debería ser? Esa tonta pulga peluda se había equivocado, a lo mucho, Keith y él solo podrían ser amigos, ya que el muchacho se había relajado un poco con los días y hablaba un poco más.

Algún tiempo pasó y la chica con la que estaba Lance se fue con sus amigas.

-Aquí estás -habló la conocida voz de Keith- Estaba por irme.

-¡Keef! Viejo -sonrió- ¿Cómo estás? Te vi hablando con una chica y decidimos no molestar, ¿te va bien? ¿Dónde está ella? -preguntó animado, pasando un brazo por sus hombros mientras miraba a todos lados.

-Regresó con sus amigos -respondió simplemente, oliendo el alcohol en el moreno.

-Ohh, ya veo... ¿Conseguiste su número? -preguntó curioso.

-Tengo su número -asintió terminando la bebida que tenía en su vaso, pues tenía el número de Acxa desde hace años.

-¡Fantástico! ¡Sabía que venir te haría bien! Mírate, dando un paso al mundo de los hombres -felicitó moviendo sus hombros- ¿Terminaste ese vaso? Vamos, debes tener otro antes de conseguir otro número. ¡Yo ya tengo dos! -dijo llevándole a través de la gente.

Keith le miró de reojo y negó dejándole ser.

Una vez que se hicieron con un par vasos, Lance lo chocó en un brindis.

-¡Salud! ¡Por ti y por los números de chicas lindas! -celebró tomando un trago.

Desde algún lugar llegaron los gritos y vítores que repetían "bebe, bebe" a algún pobre incauto y Lance no pudo evitar echarle una miradita a Keith.

-Dijiste que no te emborrachabas fácil, ¿no? -preguntó dejando la mejilla en la mano, algo divertido con lo que se le había ocurrido.

Ya que había cumplido su misión de que Keith consiguiera un número, ¿por qué no emborracharlo? Le daba curiosidad cómo sería el muchacho en tal estado.

-Así es -asintió levantando una ceja.

-Entonces... ¿Quieres competir conmigo a ver quién aguanta más? -ofreció con una sonrisa casi gatuna- Ya que es tu primera fiesta, ¡hagámoslo! A menos claro, que tengas miedo y tengas la tolerancia de un bebé, mullet -picó tranquilamente- Seguro que sólo tomas cosas suaves y fancys como casi todo aquí -rió.

-¿Me estas retando? -preguntó divertido y frunció el ceño antes de aceptar- ¿Qué quieres tomar?

-Así se habla, viejo -rió- Se dónde conseguir algo fuerte.

Solo bastó un mensaje para que como por arte de magia, Rolo dejara una botella de agua ardiente en la mano de Lance.

-Sabía que tendrías una -dijo alegremente- Te la pagaré luego, ¿bien?