un nuevo comienzo.

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Las personas creerían que matar a alguien es traumante, pero para mí fue la mejor sensación que he podido tener, sentir toda esa adrenalina en el cuerpo, viví en unos minutos, lo que no he vivido en toda mi vida.

Cada vez más pensaba en matar a esas personas que lo merecían, en especial a los hombres, que maltrataban a las mujeres, mi conciencia me decía que estaba mal hacerlo, pues a veces lo correcto aún está mal, pero cada centímetro de mi piel me decía que debía hacerlo, que era lo que quería. 

Así empezó toda una historia, solo deseaba asesinarlos, aquellos que no debían estar en este mundo, haciendo sufrir a los demás, con el tiempo, cuando termine de estudiar canto, y me gradué con honores de medicina, empecé a buscar las formas de llevar a cabo los asesinatos más siniestros conocidos en la historia.

Primero fue Adam, un joven de 26 años que le gustaba contratar prostitutas y después matarlas, ¿era eso justo? ¡¡¡No!!! Tuve que intervenir, lo recuerdo tanto…

-Hola nena- me dijo el muy maldito, ofreciéndome dinero, tenía que actuar para llevar a cabo el plan.

-Hola, ¿deseas pasar una noche conmigo?-Le dije mostrándole parte de mi pierna, estaba vestida con una falda demasiado corta, y una blusa que si a mucho me tapaba los pechos.

-Claro- me le acerque, le di un beso, un beso mortal, saque la jeringa que llevaba en las medias veladas y se la enterré en el brazo, con eso bastó, una dosis mortal de aire en las venas con solo 50 cm3  logre matarlo, La entrada de aire en un vaso sanguíneo crea burbujas que se mueven por el torrente circulatorio dejando a la persona en un estado agonizante, haber estudiado medicina me ayudaba aún más con mis planes sombríos. 

-mmm y ahora ¿Qué hago con el cuerpo?-le pregunte a Lisa por el teléfono

-no lo sé Ana, no quiero meterme en problemas…

-No lo harás, solo necesito que me digas que hacer

-No Ana, no lo hare, sabes que te quiero, y sé que lo que haces te hará mucho daño, y no quiero hacer parte de este plan macabro.-fue lo último que escuche de Lisa, me colgó.

-¡Ya se! Voy a quemarlo…el problema es ¿en dónde?

Subí a mi auto y me dirigí al crematorio, sinceramente entrar fue más fácil de lo que pensé, entregue mi pase de doctora, dije que tenía que cremar el cuerpo que llevaba ahí y listo, sé que suena un poco fantasioso, pero el tipo que estaba en la puerta era todo un estúpido, ni siquiera sabía que era cremar un cuerpo.

Con la ayuda de un asistente metí el cuerpo al horno y después de lo puse a 800°c por una hora y puf quedaron solo cenizas, la metí en una vasija, me dirigí a la playa y adiós cenizas, se la llevo el viento. Nadie sospecharía de mí, la chica callada, que nunca mataría ni una mosca, además soborne al asistente y al idiota del portero para que no dijeran nada, borre todos los registros de las cámaras, mis huellas, todo, absolutamente TODO!

Después de eso mi vida cambio completamente, empecé a robar información de la policía, a planear todo lo que iba a hacer, muerte por muerte, todas diferentes, cada vez más sombrías y macabras, desde un enterrar un cuchillo en el corazón hasta descuartizar mientras la persona está viva, mi mente era capaz de lograr lo que muchos ni se atreverían.

Cuando termine de estudiar canto, comencé a cantar en uno que otro bar, un día un joven se acercó y me pregunto que si quería trabajar para la disquera de él, acepte instantáneamente, pero nunca pensé que esa disquera fuera tan importante, EMI Records, definitivamente mi vida iba mejorando poco a poco con tan solo 24 años empecé mi carrera como cantante, pero eso no significó que iba a dejar de asesinar personas.

Mientras empezaba a componer mis propias canciones iba pensando en mi siguiente víctima, Alexander, un joven chico estudiante de la universidad, el creía que podía hacer lo que quisiera, desde tocarle el trasero a las chicas hasta tomarles fotos mientras se duchaban para después extorsionarlas, pronto se le acabaría tanta felicidad.

Lo espere afuera de la universidad, el salió con unos chicos, yo intentaba parecer lo más normal posible, siempre se me ponían los nervios de punta, a pesar de que esto se me había convertido en una costumbre, pero ¿quién parece normal usando gafas, chaqueta y guantes? Parecía que viniera del gobierno de los estados unidos o algo por el estilo, paso por mi lado, es el momento.

-Hola-no me respondió-Hola-dije nuevamente tocándole la espalda.

-mmm, ¿hola? ¿Te conozco?

-No, pero muy pronto lo harás…sube al auto.-el muy idiota iba a subir a su auto-no al tuyo, estúpido, a mi auto, pero rápido

-¿Por qué?

-Porque lo digo y punto, si no quieres que te apalee en este instante, sube al auto.

Él se subió, me dirigí a un hospital psiquiátrico abandonado hace más de 20 años, esta vez quería darle un toque de terror a mi asesinato, decidí llevar mi cámara y grabarlo, algo que no me traía muy buenos recuerdos.

-Bájate.

-¿qué me vas a hacer?

-algo que muchas personas desearían hacerte pero no lo hacen por miedo.

-¿quién eres?

-yo…soy anabeth- me quite las gafas y el chaleco, solté mi cabello y lo deje caer sobre mis hombros. Daría lo que fuera por que vieran la expresión de este desgraciado.

-Anabeth… ¿por qué?... ¿qué te hice yo a ti?

-eres un cínico, no me lo hiciste a mí, sino a otros, ahora aspira esto.-le pase cocaína-oh querido, si no lo haces me veré obligada a hacerlo por ti y créeme, eso no es lo que quieres.

-está bien. Pero por favor no me hagas daño- no mentiré diciendo que no me dio pena por él, pero sinceramente se lo merece y yo ya tome mi decisión, además él ya me había visto no podía dejarlo ir, me delataría-no se lo diré a la policía, Por favor déjame ir.

-No, yo sé que lo harás, y ya no hay vuelta atrás pronto la cocaína hará efecto y tu estarás tan drogado que no te darás cuenta el momento en el que morirás, solo te inyectare 4 gramos…y después te dejare aquí tirado…

-¿porque lo haces?¿qué ganas con hacerlo- su pregunta me ha dejado un poco aturdida, pero en realidad, no gano nada con hacerlo, solo la satisfacción de saber que algún día el mundo va a dejar de estar lleno de tantos bastardos como el, pero decidí responder algo más simple.

-lo hago porque lo mereces y gano el delicioso sabor de la venganza.

Y sin más me acerque y lo inyecte… me dio una cierta melancolía saber que él fue un compañero de universidad, cuando sus ojos se cerraron y su corazón dejo de palpitar, no les mentiré, matar personas no es algo fácil, se necesita valentía, evitar pensar en el dolor que sentirá su familia, en el remordimiento, la culpa que te carcome por dentro.

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se que he estado un año sin actualizar, pero volvi, solo tuve unos pocos problemas en mi casa, pero he aqui un nuevo capitulo por fin :3, subire capitulo cada miercoles si o viernes,  o no se, diganme ustedes jajaja chau..

un sádico romanceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora