BLACKEND BLOOD {Sangre Ennegrecida} Vampiro #1

[21]: TRÁGICO PARTIDO DE FÚTBOL

Cap [20]:
TRAGEDIA DURANTE
EL PARTIDO DE FÚTBOL.

El día sábado engulló al Instituto en un gran ajetreo, por la organización del campeonato amistoso de fútbol que se estará realizando en unas cuantas horas en el campo deportivo.

Con el grupo de preparación de Nadia, ayudamos a crear pancartas para apoyar al equipo de nuestro Instituto Lexitong. Los de algunas chicas, en especial las porristas, tenían plasmado en formas de corazones, nada más que los nombres de Neill o Blake. El más resultante era el de Lucy.

《¿Qué no se cansa de andar rogándole a Blake para que vuelva con ella? Y considerando que fue ella quien le engaño, la hace tener menos dignidad》

—Mira eso —indica Nadia, cuando una de las demás chicas alza uno con el nombre de Blake y ella dentro de un corazón—. Oye, Cloe. Espabilate en conquistarlo, o una de esas admiradoras te lo quitará.

Susan a mi lado emite una risita.

—Chicas. No han notado que Bill no se ha aparecido en los últimos días. Es extraño ¿No?.

Ennarco las cejas para mi misma. Dudo mucho que se atreva a hacerlo. Ahora hay más cazadores rodeando los alrededores.

—Es cierto —repone Nadia. —Quizá se encuentre enfermo, quien sabe.

—¿Hola, chicas?.

—Zack —repara la rubia—. Pensé que no vendrías.

El castaño frunce el ceño.

—¿Por qué? Porque ya no pertenezco al equipo.

—Oh. No. No... Yo solo decía. ¿No tienes rencor hacia ninguno de ellos?.

—Para nada —bufa, sacudiendo una mano—. Sólo vine para apoyar a Blake —Tras una breve pausa le añade sarcasmo—. si es que logran calificar con semejante equipo.

—¡Zack! —Le chillamos todas al unísono.

—Es broma. No se lo tomen en serio.

—¿Hey, necesito preguntarte algo? —Le digo.

—Claro. Lo que sea.

—Ahora vuelvo. Prosigan sus diseños sin mí.

Nadia y Sue cruzan miradas confusas, y responden un "Claro" al unísono.

Caminamos hasta salir del gimnasio, ha estar en el pasillo casi desolado.

—¿Y bien? —inquiere él, con ambas cejas enarcadas.

—Lo sé, Zack.

—¿Qué cosa?.

—Qué puedes... —Pauso, acercándome a él con voz en susurro por precaución. Siguen entrando y saliendo chicos del gimnasio—. hacer magia.

Por segundos el castaño dio un parpadeo constante, serio, para luego reír.

—¡¿Qué?! Espera... ¡¿Qué?! —Vuelve a soltar otra risita—. Eso es ridículo, Cloe.

Humedezco mis labios, hastiada, para criticarle:

—¿C-Cómo explicas lo de ese libro de portada negra que no quisiste que abriera, y... y... el clima, cambió radicalmente. Y también el día en que Jeff y esos dos peleaban contra ti.

—Cloe...—

—Escucha, me he enterado de cosas sobrenaturales últimamente, visto incluso con mis propios ojos y presenciado en persona. Y te aseguro que si decides en algún punto confiar en mí y decirme la verdad, créeme que lo entenderé mejor que nadie.