BLACKEND BLOOD {Sangre Ennegrecida} Vampiro #1

[13]: EL CIELO TAMBIÉN LLORA 💔

El día estaba nublado, mezclado turbiamente con un ambiente fusnesto, como todos nuestros corazones. Terminaba de arreglarme para ir al cementerio. De hecho hacía rato lo había hecho, solo esperaba sentada en la cama de Ben, ojeando entre mis manos un retrato en el que, no sólo estaba tío Joe, Ben y Sarah, también estábamos Nora y yo.

Estrecho el retrato contra mi pecho, deseando volver a ser esa familia, con tío Joe con vida, y Ben jugandome bromas pesadas para luego golpearle y terminar riendo a su lado, los pocos pignis que hacíamos en el patio trasero, bajo la sombra del gran árbol. Daría todo por volver a esos tiempos aunque fueron en pocas ocasiones, para mí fueron los más felices de mi vida.

—Pequeña —llama Nora a la puerta con voz suave y una mirada entristecida. La misma estaba abierta.

Sorbo la nariz antes de responderle:

—¿Sí?.

Sé que la hora de sepultarlo tristemente ha llegado. De decir adiós definitivamente a tío Joe. Sinceramente no se si estábamos preparados para eso. Poso suavemente el retrato sobre la mesita de noche, acomodando mi vestido de luto para salir.

—Hay alguien que quiere verte —dice.

Levanto la mirada, llena de esperanza. ¿Será Ben? ¿Habrá vuelto?.

Tres personas surgen a un costado de Nora, también visten de luto, sus rostros comprensivos reflejan nostalgia compartida.

—Cloe —hablaron en unísono al verme.

Corro hacia ellos, abrazandoles con todas mis fuerzas. Este cálido abrazo grupal me sume en nostalgia, pero también me hace sentir segura. Había olvidado cuanto los he necesitado, a mis amigos.

—Los dejaré un momento a solas —susurra Nora, volviendo con Sarah y Milán a la sala principal.

—¿Cómo lo supieron, Zack, Nadia, Sue? —pregunto, en un hilo de voz.

No les había dicho nada sobre la muerte de tío Joe, y verlos llegar tan de repente, me tomó por sorpresa.

—La Sr. Noray avisó al padre de Zack —explica Susan—. Y a la Sra. Cortiz, ella también vino, están en la planta baja.

《Era de esperarse》.

Nadia limpia una lágrima que se me escapó y se deslizaba por mi mejilla derecha.

—Oh, nena. Jamás te dejaríamos sola en un momento como este ¿y lo sabes?.

Zack apreta suavemente mi mano.

—Alguien más también ha venido.

Sigo su mirada en dirección
a la puerta, sorprendida de ver parado allí, en el umbral, a Blake.

—Hola, Sue —habla él, con voz suave.

Da unos pasos hacia mí, también me acerco. Me abraza y le correspondo.

—Lo siento mucho —susurra, ariciando mis cabellos.

—Gracias por venir —Me separo para ver a todos en general—. A todos ustedes.