XCVII: Encontrar

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Microrrelato o pensamiento perdido (2/2):

En mitad del bosque de mí consciencia, en un paradigmo oscuro como ninguo. Sín alma porqué la luz de esa figura de seda plateada se fué.

Desde aquí yo te imploro que vuelvas a mí, porqué esa masa sombría se cierne en mí interior.

El paisaje se dobla como si de una animación se tratase, y al compás de un viento ensordecedor unas líneas negras empiezan a tomar forma en mí piel siguiendo los patrones de un tatuaje imaginario.

La oscuridad me acecha, no he podido controlarla.

Los tatuajes acaban por cerrarse en mí; desaparezco.

Todo se vuelve ceniza.

Tras eso, el caos cesa de golpe y la calma se instaura en ese paradigma ya no tan lúgubre.

Las cenizas empiezan a brillar, a elevarse como el vuelo de un ave y a dibujar trazos relucientes en el cielo como si del hechizo de un hada se tratara.

Las cenizas transmiten su propia luz.

De pronto, he vuelto.

O más bien es que nunca me había ido. Como el ave Fénix que resurge de si mismo, como alguien que sabe qué volverá a levantarse a pesar de todo lo que le venga por delante.

La brisa eleva mechones de mí ahora pelo plateado.

PD: Capítulo dedicado a Agumilagonza ya qué en el escrito anterior su comentario me inspiró en esta segunda parte del microrrelato. Gracias :)

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