El niño se quejaba, y la madre lo apoyó.
El niño se lamentaba, y la madre lo consoló.
El niño estalló en llantos, la madre lo abrazó y el renacuajo acabó por clavarle un puñal por la espalda.
Algo impredecible pero a la vez no sorprendente.
Ansiedad, tú eres el niño.
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Ansiedad
PoésieEs de raíz que las palabras existen para poner nombre a las cosas y organizar el mundo. Está bien cuándo adquieres algunas y te identificas con ellas. Nadie no sonríe cuándo le llaman "valiente" o "inteligente"... La cosa se complica cuándo te sient...