Relato:
El concepto de ser humano, de lo que somos y nunca cesamos de creer, queda evocado en un segundo plano cuando perdemos las ansias de existir. De ser algo en este papel que se nos ha tocado interpretar en tal película mal rodada, con la cinta rota y la cámara apagada.
Pasa a un segundo plano cuando te percatas de que al completo está parado, inmóvil e inconsciente a los movimientos que los actores prosiguen a interpretar.
Todos bailan, pero yo no me muevo. La música suena, pero mi cuerpo se mantiene impasible al compás que técnicamente tendría que seguir según el guion que se me ha mandado seguir. Y es que lo odio, lo desprecio con toda mi alma. ¿Quién me ha asignado tal papel? ¿Por qué se me ha elegido como participe de esta película llamada mi vida?
Las luces parpadean, todos se mueven ahora más lentamente, como si se les hubiera nublado la mente de pronto en este mundo indecente que todos dan por consiguiente los suspiros olvidados de alguien que se cree dios. Nada de lo que escribo tiene sentido, nada de lo que soy refleja lo que realmente alguien plasmó en ese maldito guion que alguna vez se ha dado por hecho que existió, y que tendría que marcar mí próximo destino más cercano a la cumbre de mis días apaciguados y apagados por mí misma.
Los actores ahora están quietos, y no aspiran a ningún movimiento fruto de su propia entereza escueta.
1, 2, 3. El concierto empieza y la melodía indie a resonar en mí cabeza a modo de intento fracasado por intentar apaciguar lo que mi mente grita por qué sí. ¿Por qué yo? Quiero alejar esos pensamientos de mí, pero nada parece ser. Quiero vivir sin pensar, escribir sin preocuparme por nada y pasar a una existencia basada en las propias palabras que ahora fluyen sin mucho margen de llegar a controlarlas.
No pienso, no existo, solo escribo que me encuentro en medio de un concierto. La gente baila, pero yo no me muevo. Las luces danzan alrededor de la multitud expectante y maravillada por la actuación; yo no me muevo. Simplemente no puedo. No me veo capaz de conseguir continuar sumergida entre tanta humanidad. 1, 2,3, 4, 5, 6, 7, 8.- Empiezo a contar sin saber muy bien porqué, porque nada importa ya. Empiezo a contar en un intento desesperado por no sucumbir a la multitud, a todo lo que me rodea.
La falta de aire comienza a parecerme evidente, y el deseo de salir de allí aumenta considerablemente cuándo los vítores de la gente se hacen más fuertes a consecuencia del excelente transcurso del concierto. Será para ellos, porqué yo siento que me estoy muriendo. No puedo con mi vida. El aire se me agota. Los nervios me invaden y respirar se vuelve una misión fallida. La tos se abre paso y me doblo. Esto acaba por ser peor ya que ahora la sensación de agobio aumenta. No puedo, no puedo. Simplemente no puedo seguir aquí, necesito salir de este embrollo. Necesito salir, necesito salir de aquí.
Todo esto pienso mientras el aire ya ha quedado apartado, la tos toma mi cuerpo y el corazón me late al ritmo de una ejecución. La guillotina, la soga que te quita el aire es lo que ahora siento. Siento que me estoy ahogando, que en cualquier momento el aire ya se me habrá terminado. Porqué no soy nadie, solo una imbécil que decide ir a un concierto cuándo sabe a ciencia cierta que no logrará aguantar rodeada por tanto humano.
No, no puedo. Me ahogo, adiós. No, no puedo, no puedo con esto de verdad. ¿Qué he hecho yo para merecerlo? ¿Para recibir tal escarmiento? ¿Qué he hecho yo por pasar vivir algo que nadie desearía? ¿A ser la última en la cola de la vida? A sentir que los nervios toman parte de tu persona y que ya nada importa. A sentir que te encuentras al límite de la locura, sin ayuda alguna. A sentir que el Locus Amoenus no existe, ni la felicidad ni nada. Nada es lo que ahora desearía ser. Algo que no logro entender, algo que vive, pero a la vez fallece por sí solo.
![](https://img.wattpad.com/cover/200122256-288-k61551.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Ansiedad
PoetryEs de raíz que las palabras existen para poner nombre a las cosas y organizar el mundo. Está bien cuándo adquieres algunas y te identificas con ellas. Nadie no sonríe cuándo le llaman "valiente" o "inteligente"... La cosa se complica cuándo te sient...