(5)Farewell

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-¿Que demonios haces con ella?- La voz de Shane sonó amenazante, haciendo que a las dos mujeres se les pusieran los pelos de punta.

-Yo...- Bianca era una persona que siempre respondía sarcásticamente y sin miedo a lo que pudiera suceder, pero este no era el caso. Estaba en una situación que podría arruinarse tanto a ella como a la otra chica -Por favor, déjame llevarla conmigo- Por fin pudo hablar, probablemente se veía patética pero ese no era el problema ahora.

-Responde, ¿Que estás haciendo con la sirena, maldita perra?- Escupió violentamente esas palabras, Bianca solo frunció el ceño ¿Como la estaba llamando?

-Mira, Adore, que ese es su nombre por cierto...- Ella quería golpearlo o alguna mierda así, pero debía mantener la compostura, así que solo mostró una de sus sarcásticas sonrisas y siguió hablando -...debe volver a su casa, debe volver a donde pertenece, no pueden encerrarla como si fuera un animal salvaje en un estúpido zoológico-

-Es muy lindo de tu parte que quieras ayudar, pero tu no eres la jefa de este lugar, y si quieres seguir trabajando aquí te sugiero que cierres la puta boca-

-¿Que cierre la boca?- Bianca rió escandalosamente y se levanto de donde estaba, quedando cara a cara con Shane -Eres una mierda de persona ¿No te das cuenta? ¿Que pasaría si algún día estás en su lugar? Encerrado y lejos de lo que amas-

-No lo estaré ¿Sabes por qué?- Hizo una pausa, pero cuando Bianca abrió la boca para responder siguió hablado -Porque yo soy una persona normal, y ella solo es "esa cosa"-

-Hijo de puta ¿Como te atreves a...?- Escuchó unos leves sollozos y unos pequeños brazos rodeando sus piernas, eso la hizo parar.

-Bi, para, por favor- Miró para abajo y vio a Adore allí, medio cuerpo dentro de la carretilla y medio cuerpo fuera de ella. Podía distinguir un rastro húmedo en una de sus mejillas y veía que ella solo necesitaba salir de allí y estar tranquila.

Shane solo observaba con el ceño fruncido como Bianca sostenía a Adore entre sus brazos.

-Lo siento...-Fueron las únicas palabras que salieron de la boca de Bianca.
La mujer limpió sus lágrimas delicadamente y la abrazó, sosteniéndola con firmeza para que no se cayera.

Bianca dejó un beso sobre la frente de Adore.

-Tú- Adore señalo a Shane con su dedo índice haciendo que éste le prestara atención. Bianca acercó a Adore a Shane, aún manteniéndola sujeta entre sus brazos, ya que ella no podía estar parada.

-Déjame ir, por favor, no sabes como me siento aquí, me parece una mierda que me trates como si fuera un monstruo, si, soy diferente a ti y a Bianca, pero eso no quiere decir que no sienta nada, yo también siento lo mismo que sentirías tu en mi situación, así que quiero que lo pienses de nuevo, ¿Por qué debería quedarme aquí encerrada? Piénsalo, por favor-

Bianca miró conmovida a Adore, y luego dirigió su mirada a Shane esperando una respuesta.

-Solo no le digas a nadie que estuve aquí con ustedes- dijo hacía Bianca.

-Y tú- se acercó peligrosamente hacía Adore -Si te quieres ir vete, solo espero no volver a verte por aquí ¿Si? O te quedarás aquí por un largo, largo tiempo- dijo agarrando las mejillas de Adore fuertemente con una sola mano.

Shane soltó a la niña y se fue por el largo pasillo, con sus dos manos metidas en sus bolsillos.

-Hey, ¿Estás bien?- Bianca acarició las mejillas de Adore, Shane la había agarrado con mucha fuerza, pero prefirió no quejarse en el momento, ya que este podría arrepentirse de su decisión.

-Si, no te preocupes por mi, sigamos- Dijo la niña con su suave voz.


Siguieron camino, pero esta vez intentaron avanzar con más rapidez, si se encontraban con otro empleado que no fuera Shane estarían perdidas.

























...

























-Finalmente- Dijo Bianca mientras contemplaba la belleza del cielo nocturno. Observó fascinada como pequeños destellos de luz adornaban artisticamente el manto azul oscuro, mientras la brisa salada del mar movía su cabello y el de la chica a su lado, miró a Adore, sus labios se encontraban curvados en una sonrisa mientras miraba con precisión el cielo, casi pareciendo que contaba las estrellas, su rostro se iluminaba levemente por la blanca luz de la luna y su cabello se agitaba con el viento frío, haciendo que el momento fuera digno de una fotografía.

Adore sintió la mano de la otra mujer rozar la propia, como pidiendo permiso para tomarla, y Adore se lo concedió; entrelazó sus manos y pudo sentir como sus pelos se ponían de punta, sin saber si era por el frío de la noche o por el suave toque de Bianca.

-¿Estás lista?- preguntó.

-...Si- Adore tragó saliva, estaba segura de que su madre y sus amigos estaban muy preocupados por su ausencia, pero una parte de ella quería quedarse allí y abrazar a Bianca por un largo, largo tiempo, sabía que iba a extrañarla, y mucho.

Se acercaron a la orilla, Bianca se quitó sus tacones y los tiró en la arena, levantó a la sirena y fue adentrándose de a poco en el agua, hasta que una buena parte de su vestido estuvo mojado, finalmente la soltó, aunque nunca quiso hacerlo.

-Mierda, no sé porqué me cuesta tanto decir adiós- Contó Adore mientras rodeaba los hombros de la mayor con sus brazos.

-Aunque no quieras debes hacerlo ¿Si?, ve, todos deben estar buscándote, no pierdas un minuto más- Mostró una débil sonrisa -Además, perra, no seas dramática, podemos vernos una que otra vez si quieres- Adore rió por el comentario y asintió con la cabeza.  

-Adiós, entonces- Adore acercó su rostro al de Bianca, haciendo que el corazón de esta parara por un mínimo instante.

Un suave beso fue depositado en la mejilla de Bianca, haciéndolas sonreír a las dos.

Adore separó sus cuerpos en un simple movimiento hacia atrás, y se fue alejando de a poco, pero sin poderle dar la espalda.

-Mañana a esta misma hora, en este mismo lugar ¿Si?- La mujer tuvo que elevar un poco la voz, ya que cada vez había mas distancia.

-No lo olvidaré- Contestó y finalmente pudo sumergirse en el agua para alejarse por completo.























Bianca volvió de su nube de fantasías, estaba sola, medio cuerpo dentro del agua y muriendo de frío. Todo se sintió tan silencioso de repente, se abrazó a si misma esperando encontrar alguna similitud con el pequeño cuerpo de Adore, pero no.  ¿Desde cuando la ausencia de alguien que acababa de conocer era tan importante para ella? ¿Desde cuando su vida había dado un giro tan grande?  Una lagrima salió sin permiso y viajó por su mejilla, acabando por mezclarse con las millones gotas de las que estaba compuesto el mar.






🍂Little Mermaid®🍂BiadoreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora