Un par de días después mi plan sigue funcionando a la perfección. Changbin intenta acercarse de vez en cuando y hablar, pero yo no me muestro demasiado interesado, así que termina yéndose. La verdad es que todavía me sorprende que no haya dejado de venir.
Sin embargo, hoy estoy algo más tenso. Tanto él como yo acabamos nuestras lecciones más pronto que los demás y hasta esta tarde no tenemos que volver a la empresa. Por esta razón somos los encargados de hacer la comida para cuando lleguen los demás.
Chan y su maldita manía de que comamos todos juntos pese al trabajo que tenemos.
Llego a casa y ni siquiera me paro en la habitación de Changbin para ver si está. Dejo mis cosas, me cambio de ropa y voy directamente a la cocina para ir adelantando el trabajo solo. De esta forma tendré que pasar menos tiempo con él.
Sin embargo, en cuanto entro, alguien me coge de los hombros y hace que mi espalda choque contra la pared. Cierro los ojos por la impresión, y cuando los abro, Changbin está enfrente.
—¿Qué? ¿Qué pasa? ¿Quién intenta matarnos? —pregunto asustado, mirando hacia todos lados.
Pero él me está observando fijamente y no parece tener miedo, por lo que termino poniéndome totalmente serio y devolviéndole la mirada.
—Me mentiste —dice.
—¿Yo? ¿Cuándo?
—Cuando me dijiste que no te acordabas de lo que pasó aquella noche.
Alzo las cejas por la sorpresa.
—No, yo de verdad no...
—No sigas mintiéndome —dice—. Me estás ignorando de una forma distinta a como lo hacías. Antes te pillaba mirándome alguna vez, ahora parezco invisible.
Tiene las manos todavía en mis hombros y me los aprieta contra la pared. Duele un poco, pero está enfadado y no parece haberse dado cuenta, así que no digo nada.
—Está bien, te mentí. No hace falta que seas tan dramático y montes una escenita.
—¿Por qué?
—¿Porque para qué querías que te dijera que me acordaba? ¿Para qué querías hablar sobre eso? No necesito que te disculpes ni que lo menciones. Estabas siendo más cruel que de costumbre porque habías bebido.
Changbin se queda callado unos instantes.
—No voy a disculparme.
—Eso todavía lo hace más cruel, hyung.
Sacude la cabeza.
—Te dije que estoy enamorado de ti y lo mantengo.
Esta vez sí que le cojo de los brazos y lo aparto sin ninguna traba.
—Deja de evitarme, Seungmin.
—Las bromas son divertidas cuando nos reímos los dos, y no sé si te has dado cuenta de que no me estoy riendo.
—Yo tampoco.
—Si tus propias bromas no te hacen gracia ni a ti, me parecen incluso más inútiles.
Me coge de la muñeca cuando estoy a punto de salir y me sujeta con fuerza.
—Seungmin.
—Changbin.
—Esa noche te dije todo lo que llevo tiempo queriendo decirte. ¿Puedes dejar de tratar mis sentimientos como si te dieran igual?
—Tú has hecho eso miles de veces —digo intentando contener mi enfado.
Changbin me suelta y aparta la mirada.
—Tienes razón —dice—. Lo siento, no debería haber vuelto a sacar el tema. Tienes todo el derecho a tratarme así.
Va hacia la nevera, dando por terminada la conversación, y empieza a sacar los ingredientes que vamos a necesitar para hacer la comida. Le observo durante unos segundos hasta que se me hace demasiado difícil.
—Hyung —digo en voz baja.
Mira hacia atrás por encima del hombro, pero vuelve en seguida a su faena.
—Yo no voy a tratar tus sentimientos de esa forma —añado—. Lo siento si te he hecho sentir mal.
No dice nada, lo que me hace sentir un poco ridículo. Estoy a punto de irme a mi habitación y dejarlo cocinando solo, pero de repente algo dentro de mí me hace acercarme hasta estar a su lado y quitarle el cuchillo de la mano para hacerlo yo.
Y es cuando veo su cara.
—Oye —le llamo—. Bin, ¿qué pasa?
—Nada —dice.
—Estás llorando.
—Es agua.
Suelto el cuchillo y le cojo del brazo para que se gire a mirarme. Al principio se niega y hace fuerza para evitar mis ojos, pero finalmente se rinde.
—¿Por qué lloras? —pregunto en voz baja.
Sé que está avergonzado de que le esté viendo en este estado, pero yo me alegro de estar aquí con él.
—¿Estás pasando por algo difícil? —insisto. Quizá simplemente está sensible por algo que le preocupa y haberle hablado de esa forma ha hecho que se derrumbara—. Puedes confiar en mí.
Deja caer los hombros.
—No es justo que seas tan bueno cuando yo no lo he sido contigo.
—Entiendo por qué lo has hecho.
Niega con la cabeza y deja que le coja las manos sin oponerse.
—No, Seungmin, el miedo no es una excusa para haberte hecho eso. Te ignoré y te dije cosas que sabía que te harían daño.
—Lo hiciste por eso. Querías hacerme daño porque estabas asustado.
Agacha la cabeza y yo siento que mi corazón va demasiado rápido. Odio verlo así.
—Quería que te doliera porque pensaba que de esa forma te olvidarías de mí, que era lo mejor para los dos. No merezco que me trates bien.
—Ya lo sé. No me importa.
—¿Por qué lo haces?
Aprieto sus manos.
—Porque estamos juntos en todo esto, y porque te quiero.
Levanta la mirada y le suelto para secarle las mejillas.
—Ya, deja de llorar, idiota.
Sigue serio, así que doy un pasito hacia él y le rodeo los hombros para pegarlo a mí. Tarda unos segundos en reaccionar, pero al final me abraza por la cintura y se aprieta contra mi cuerpo con fuerza. Apoya la cabeza en mi hombro y yo apoyo la mía en su pelo.
—Yo también te quiero —dice, y noto su corazón latiendo con fuerza.
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¡Hola! ¿Estáis bien?
Este es el último capítulo... No sé si me convence como final, lo he releído miles de veces, así que espero que no estéis muy decepcionadxs.
Por otro lado, quiero daros las gracias por haber leído la historia acompañándome desde el principio, o incluso aunque haya sido más tarde, da igual. Gracias por vuestros comentarios, vuestros votos y vuestro tiempo, de verdad ^^
¡Gracias!
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Hearts never lie [Seungbin]
Fanfiction«No sé cómo empezar a explicar que estoy enamorado de Changbin». --- -Actualizado-