Hearts never lie [Seungbin]

6

A la mañana siguiente soy el último en llevar mi colchón a su lugar. Los demás están por la casa, mirando sus teléfonos, hablando, o viendo la televisión, así que cuando cuando coloco todo, me siento y me pongo a leer algunos comentarios. Anoche al final no leí nada, así que sigo teniendo curiosidad.

Es entonces, justo cuando empiezo, que Changbin entra sin avisar. Lleva mi diario abierto en la mano, pero me está mirando a mí. Me pongo de pie al instante y doy un paso hacia él con la intención de quitárselo. ¿Cuándo lo ha cogido? Ayer... Oh, mierda, ayer lo dejé en el rincón.

Se aclara la garganta, lo que hace que me quede estático.

—«No sé cómo explicar que estoy enamorado de Changbin» —lee, mirando la hoja y levantando la vista unos segundos para observar mi cara horrorizada. Pasa varias páginas—. «No quiero que nadie sepa lo que siento por Changbin, no soportaría echar a perder todo el trabajo». «¿En qué momento me di cuenta de que estoy enamorado de Changbin? ¿Lo he sabido siempre? Necesito que esto se acabe ya».

Cierra el cuaderno de un solo golpe y lo tira a mi cama. Estoy temblando de pie en mitad de la habitación mientras le miro asustado.

—¿Me puedes explicar por qué mierda pareces una chica enamorada?

—¿Una... una chica enamorada?

—Escribes como una colegiala pillada por alguien que no le hace ni caso.

Aparto la mirada y aprieto la mandíbula.

—Madre mía, Seungmin. Déjate ya de tonterías y céntrate en el trabajo.

Creo que nunca me había sentido tan roto como ahora; no obstante, mantengo mi rostro inexpresivo. Changbin se gira para marcharse, pero mi voz le detiene antes de que cruce el umbral.

—¿Por qué tenías que leerlo?

—Porque ayer me mentiste y estaba preocupado por ti.

—¿Y por qué no me lo dices, en vez de leer mi diario?

—¿Me lo habrías dicho? —Espera unos segundos para ver si respondo, pero mi silencio es todo lo que necesita—. Exacto, no. Sinceramente, pensaba que sería algo peor... En fin, mi consejo es que madures un poco, es necesario si quieres seguir en este mundo.

Esta vez sí que dejo que se marche.

Minho aparece un rato después para avisarme de que los demás han ido a comprar la comida y no tardarán en llegar.

—¿Estás llorando?

—No —respondo, apartándome las lágrimas que me delatan de un manotazo—. Estoy bien. No voy a comer, no tengo hambre.

Cierra la puerta a sus espaldas y se acerca a la cama.

—¿Qué ha pasado?

—Lo sabe.

No tarda en darse cuenta de a qué me refiero.

—¿Se lo has dicho?

Niego con la cabeza.

—Lo ha leído —respondo, agitando el diario que hasta hace un momento estaba abrazando contra mi pecho.

Minho entreabre los labios y se sienta junto a mí. Me echa el pelo de la frente hacia un lado mientras espera en silencio a que deje de llorar. Siempre finge que no le importamos, al menos no se esfuerza mucho en demostrárnoslo, pero yo sé cómo es Minho realmente, cómo es debajo de esa fachada de "te compro comida pero no te digo que lo he hecho yo" o "me niego a dormir con vosotros pero soy el primero en meterse en la cama". Conmigo no parece importarle dejar a un lado esa parte de él y mostrarme que está para mí.

—¿Cómo ha reaccionado?

—Ha dicho que parezco una chica enamorada. Hyung, no quiero volver a verle en mi vida.

Deja escapar el aire por la nariz con suavidad.

—Te juro que ahora mismo le pegaría. —Sonrío un poco y apoyo la cabeza en su hombro—. Minnie, entiendo cómo te sientes... y sé qué debes tener en la cabeza ahora, pero vas a tener que continuar. —Hago un ruidito y cierro los ojos—. Lo siento por decir esto y hacerlo así, y ojalá pudieras elegir cuándo quieres vernos y cuándo no... pero...

—Lo sé.

—Estoy contigo, ¿vale? Tómate tu tiempo para sentirte bien, pero intenta llevar un ritmo parecido al de los demás, o sino será muy obvio que algo sucede.

Asiento y cierro los ojos.

—Ahora deja de tocarme —dice, apartándome de su hombro con un dedo y volviendo a ser el de siempre—. Te traeré la comida cuando vuelvan.