Ⅰ: Mordidas Azules (2)

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Feroces aliados . . .

En un parte de San Francisco, un auto arrancaba hacia un barrio de alguna banda que obviamente no son los "Tacos Chinos".

Sin embargo, por otra parte, Joaquín había aparecido en un templo tipo oriental fuera de San Francisco, en una montaña en una zona rural.

Ahí se encontraba un joven de cabello negro con unos pequeños mechones teñidos rojos. Sus ojos eran muy afilados y rojos.

AHuhUhuHUHUhUhuHU~ —río alguien que venía desde el segundo piso del templo— con que ya llegaste, NarcoStar~

El tipo sonrío carismático. Tenía una ropa muy rara y estrafalaria, como si fuera un hippie o alguien que practicase yoga o parecido . . . tiene un sentido de la moda oriental extravagante.

Tenía el cabello rosa muy descolorido y unos ojazos verdes moquito uwu. El chico de antes no había dicho ni una palabra.

Joaquín entornó los ojos a su alrededor.

—¿Dónde está Voyka?

¿Hoh?~ ¿Te refieres al Nazi? Está afuera ayudando a mi sirvienta a recoger verduras del huerto, ahuhuhu~

—Entiendo . . . —volteó a mirarle— Miguel Ángel, ¿me ofrecerás tu ayuda en esta ocasión?

Miguel Ángel seguía sonriendo. Había algo muy perverso dentro de su cabeza sin duda alguna.

De la entrada del templo, una niña pequeña y una mole de 1,97 metros rubia de ojos plateados.

Menn Joaquín, ya está aquí —dijo Voyka con el acento alemán y voz gruesa—

A su lado, estaba una niña pequeña, no lejos de los 13; cabello castaño claro con un parche en uno de sus ojos. El que se veía era un bonito verde esmeralda.

—E-el señor Voyka me ayudó a recoger fresas y calabazas del jardín, amo Miguel —dijo con la cabeza agachada. Llevaba también un vestidito verde—

Ahuhuhuh~ espero que solo haya sido eso —de la niña salió un pequeño sonrojo— niña inútil~ eres tan inútil que hasta te tienen que ayudar a recoger unas insignificantes fresas.

Miguel recibió una cara de desaprobación por parte de todos.

—Iré a hacer la comida.

La niña caminó hacia la cocina con la cesta. Tenía la mirada ensombrecida. Por un momento, solo por un mísero momento, a Joaquín Richard Jordan, se le pasó la idea de ayudar a esa niña.

Pero claro, también pensó en las repercusiones que podría traer eso, el alemán la ayudó y Miguel la tachó de inútil . . . tal vez lo mejor sería no ayudarla, aunque no sea justo.

—¿Entonces vamos a ir por el tesoro o qué coñio? —el joven que a estado callado todo el tiempo habló— Entre más rápido mejor, ¿no? entre más rápido matemos a los que se pongan en medio, ¡¿mejor, no?! —dirigió una fuerte mirada a Joaquín mientras se levantaba—

—Oe oe oe —Miguel puso una expresión seria frunciendo el ceño— ¿quién te crees que eres alzando la voz en mi templo . . . ? me repites tu nombre.

"NarcoStar" (JJBA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora