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Mark adoraba llegar casi de madrugada al parque. Las farolas aún se mantenían apagadas en su mayoría y el equipo de mantenimiento hacía pruebas de los focos de cada una de las atracciones, y eso se veía realmente bonito.

Había muchas razones por las que adoraba su lugar de trabajo aunque la paga no fuera tan buena como en otros sitios. Pero la gran razón para él se encontraba, sencillamente, en la estética. Esa estética rosada y mágica que Heechul se encargaba de mantener en el lugar, hacía a Mark sentirse en su elemento, el ver rosa donde mirara lo ponía extremadamente feliz porque ese era su mundo verdaderamente de color rosa.

Pero esa mañana una enorme silueta vestida de negro se colocó frente al rosa en su camino al cuarto de empleados.

Yugyeom había llegado temprano ese día y se disponía a dejar sus cosas en su casillero al mismo tiempo que el chico más bajo.

Ambos chocaron al intentar entrar por la puerta. Yugyeom se hizo a un lado con desesperación pro dejar pasar al otro primero y le miró como cuando ves el último helado del refrigerador sin siquiera dirigirle palabra mientras éste entraba caminando con recelo.

Pero fue realmente ahí cuando Tuan se dio cuenta de que algo interesante estaba por comenzar.

Yug no solo lo dejó entrar y salir primero cada vez que se llegaban a cruzar, recogía cualquier cosa que se le cayera como si hubiera estado ahí todo el tiempo  solo por eso y se paseaba a su alrededor de vez en cuando con esa mirada que preguntaba "¿Todo en orden?". Esto fue no por unas horas,no, se trató de todo el día.

Puede que para algunos eso se hubiera sentido realmente extraño e incómodo, pero Mark lo tomó como que era lo más dulce que alguien jamás había hecho por él.

Así que al final del día Mark se puso la chaqueta color crema y esperó a Yugyeom en la salida del lugar mientras pateaba suavemente le suelo y hacía un pequeño puchero hasta que lo vio acercarse.

—¡Yugyeom!—le llamó antes de que estuviera incluso cerca y caminó rápido hasta él. La brisa golpeando su flequillo castaño contra su cara. Una vista etérea para Yugyeom, quien ahora volvía a usar ese enorme abrigo negro.

Kim no pudo evitar pensar que era adorable cómo la cabeza de Mark era cada día más pequeña, o que en general, cada día Mark lucia más pequeño para él.¿Acaso estaba creciendo?.

—Hola,Mark —dijo torpemente y sonrió suavemente de lado de la forma más natural posible. Encantador sin internarlo al menos.

Totalmente el estilo de Mark.

—¿Tienes hambre?. Hay que cenar juntos

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ℂ𝕠𝕥𝕥𝕠𝕟 ℂ𝕒𝕟𝕕𝕪 ♡︎𝙼𝚊𝚛𝚔𝚐𝚢𝚎𝚘𝚖♡︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora