1. Fobos

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Existen más de 100000 millones de galaxias en nuestro universo. Cada una contiene aproximadamente 1000 millones de estrellas. Algunos de los objetos más distantes están a 139000 millones de millones de millones de millones de millones de km de distancia, tanto que los kilómetros pierden el sentido, entonces hablamos de años luz. La luz viaja a 300000 km por segundo, y un año luz es la distancia que la luz recorre en un año.

Estrellas como el Sol se formaron a partir de enormes cantidades de polvo y gas que se acumularon y colapsaron para dar origen a una estrella. Esa estrella, a veces, forma planetas que la orbitan y, en al menos un par de casos, uno de esos planetas ha desarrollado vida. ¿Vida?, no, la vida es un engaño; el propio universo es una colosal mentira.

Al fin comprendo la finalidad de la humanidad, y también la mía. Todos somos polvo estelar; el oxígeno en nuestros pulmones, el hidrógeno en nuestra sangre, los minerales en nuestras células, hasta nuestros recuerdos, todo formó parte del polvo estelar. Sin embargo, existe algo en nosotros que no se formó de polvo de estrellas; y ese algo es nuestro Espíritu, un pequeño punto en nuestro interior dominado por un alma oscura y sólo ahora lo entiendo, al fin lo entiendo aunque ya sea tarde; voy a morir. ¿Morir?, sí, morir. Alguna vez leí en un libro que morir es lo mejor de vivir, y que la muerte es un regalo que justifica el nacer; insólitas palabras de un hombre de otra era, alguien que escribió aquello hace casi un siglo.

Es tan extraño encontrarme ahora aquí, lejos de la Tierra, sentado sobre la fría superficie de Fobos, una de las lunas de Marte. Allá abajo se ve un espectáculo extraterrestre, y es fascinante; las tres grandes "polis" del planeta rojo son perfectamente visibles desde aquí: Gondwana, Pangea y Laurasia. Es tan extraño estar en este lugar, mirando hacia Marte como si fuera lo más cercano a la humanidad.

De alguna forma, mi cercana muerte representa un alivio maravilloso para mi atormentado espíritu. Vine a este frío asteroide llamado Fobos sólo para rescatar lo más amado para mí, he fracasado. El dolor que siento ahora no tiene inicio ni final, es tan intenso que morir parece una maravillosa liberación de este martirio, de esta culpa interminable.

Sí, antes de venir a este sitio tenía otra idea de lo que era humanidad, incluso pensaba que yo mismo era otra clase de hombre, si es que aún puedo ser considerado un hombre. Solía creer que la Tierra era el mítico hogar de la humanidad y que las colonias en la Luna y Marte eran sólo una expansión de nuestra propia conciencia; sin embargo, estaba tan equivocado.

Fobos, la fría luna de Marte, la Caja de Pandora del Sistema Solar, quién lo hubiera dicho. Aunque vine en una misión de rescate, terminé enterándome de cosas que jamás hubiera imaginado. Pronto, todos sabrán lo que yo vi. Somos unos malditos estúpidos, pensado siempre que somos el centro del universo. Ahora sé que este universo no es nuestro hogar, que fuimos engañados y raptados para satisfacer a una criatura repulsiva que por años creímos que era Dios. Finalmente entiendo porqué la muerte es lo mejor de vivir, entiendo que la vida es un efímero engaño y que detrás de ella hay algo eterno, algo que no es vida ni muerte, sólo existencia misma.

La oscuridad se llevó lo más importante de mi vida y ahora empiezan mis días sin luz, allá donde la muerte es gloria y bendición para los soldados caídos en combate. Fue por amor que redescubrí aquello que alguna vez me hizo humano, porque en algún momento dejé de serlo, y ahora que mi Espíritu está rumbo a su Origen puedo sentirme al fin libre. Ya seduje, ya sufrí; ahora sólo me queda esperar el final con la esperanza de ser capaz de perdonarme a mí mismo en otra vida. Ahora, a tan poco tiempo de morir, me doy el lujo de volver a ser humano por unos últimos minutos.

Praetorian - Días Sin LuzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora