10. Laura

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...Mi mente se perdió en la imponente presencia de alguien muy especial. Sus gestos, sus movimientos, su sonrisa, sus ojos, toda ella parecía la criatura más sagrada de la Creación. No, alguien como ella no puede ser creada, es totalmente increada, inimaginable, impresionante...

"Primera Posesión", El Arco de Artemisa

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La noche se ahogó sin remedio. Kat durmió profundamente y, mientras leía, también yo quedé dormido. Al día siguiente salimos muy temprano fuera de la zona de cuarentena, nuestro destino eran los hangares clandestinos de las afueras. Apenas llegamos empecé a buscar a una vieja conocida mía, la única persona que podría sacarnos de la Tierra.

—¡Laura! —la llamé desde la entrada de su taller. Ella hizo una mueca de desagrado al verme. Dejó de trabajar y se acercó.

—Jean, cuánto tiempo sin verte —me saludó de mala gana—. ¿Cómo está don Rubén?

Laura y yo compartimos mucho tiempo cuando llegué al refugio rebelde. Combatimos lado a lado en las trincheras, pero ella decidió irse del refugio luego que empecé a mostrar los primeros síntomas de mi esquizofrenia. En realidad ella no se fue porque yo estuviese enfermo, se fue por...

—Es raro volverte a ver —dijo Laura y trató de esbozar una sonrisa que le salió bastante artificial. Luego miró a Kat con bastante recelo.

—Ella es una amiga —dije. Kat me miró de reojo, un tanto nerviosa.

—Como sea —replicó Laura—. ¿Qué demonios te trae a este agujero olvidado de Dios?

—Debo dejar la ciudad

Laura me miró llena de zozobra.

—¿Y a dónde piensas ir?

—Fuera del planeta —el silencio inundó el taller, Laura se veía sorprendida.

—No estarás pensando que yo...

—Eres la única piloto que puede salir de aquí sin ser detectada.

—No, Jean, jamás llevo pasajeros. Por qué mejor no vas a Nueva Buenos Aires, qué se yo.

—En verdad necesito irme de la Tierra, Laura. ¿No lo supiste?, el Mesiah está totalmente fuera de control —Laura sonrió y me miró con sarcasmo.

—Cuando tú estás de ida yo ya estoy de vuelta. Desde luego que sé lo del virus, pero da igual si te vas o te quedas, el virus nos matará a todos de cualquier forma.

—Confía en mí esta vez. Quizás haya una forma de arreglar todo esto, pero necesito salir del planeta para lograrlo —Laura pensó un poco.

—¿Cuál es tu lugar de destino?

—Sandoria.

—Ja, ja, ja... es lo más hilarante que oí en meses...

Un incómodo silencio se apoderó del ambiente.

—Jean, por favor. Hay miles de infectados tratando de huir a Sandoria. ¿Realmente crees que lograremos llegar?

—Yo sé que tú eres la única que puede llevarme allá. Todo el mundo sabe que eres la mejor pirata del Sistema Solar —la vanidosa mujer me sonrió, mirándome de pies a cabeza.

—Tienes razón, soy la mejor. ¿Y viajamos solos, tú y yo?

—No, ella irá conmigo —miró a Kat.

—Bien, pero me debes pagar por adelantado. Serán 20000 ameros.

—¡20000! —mi corazón saltó hasta mi boca cuando oí el precio.

Praetorian - Días Sin LuzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora