Capítulo 13: Distancia

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Pasaron el fin de semana sin dirigirse palabra alguna, y mucho menos mensajearse. Maki dudo de sí aún seguían siendo pareja. Al no tener experiencia dudaba demasiado en lo que debía hacer. Quería pedir algún consejo útil para esta situación, solo que...

No tenía a nadie quien podría aconsejarle ahora. Rin y Hanayo, sus mejores amigas, no habían tenido una relación. Y las demás del club, tampoco. Pedirle ayuda a sus padres solo empeoraria las cosas. Necesitaba ayuda y no tenía a quien acudir.

Dejó que el tiempo pasara y esperar con que encontrarse en el club solucionara todo.

Mientras tanto, la pelinegra volvia a llorar desconsoladamente. Mordiendo una se sus almohadas para que su llanto no fuera escuchado por su familia. Aún le costaba creer que hubiera violado a su novia. Tenía tanto odio hacia sí misma, le era imposible dejarlo atrás.

Vivio estos días encerrada en su habitación, tratando de olvidar. Aislandose de todo. Su teléfono sonaba cada poco. Recordándole lo importante que era para algunas personas. Sin embargo prefería no dar respuesta, despues de todo ¿por qué no recibía un castigo? ¿Acaso debería sentirse bien por lo ocurrido? ¿Realmente merecía estar con Maki?

Preguntas sin respuesta, que solo la hacían sentir peor. Llegó a pensar más de la cuenta en la última, dando una fuerte conclusión. Debía terminar con Maki. No porque ya no la amaba, no porque no disfrutaba estar a su lado, si no por protegerla de quien alguna vez juro cuidarla con toda su vida.

Las clases terminaron después de horas que parecían eternas. La pelirroja se apresuró por llegar al club cuanto antes. Pero a medio camino se detuvo, por una mano que reposaba en su hombro. Instantáneamente reconoció de quien se trataba era Nico, volteo para comprobarlo y efectivamente era así.

—Oye—dio una breve pausa—, tenemos que hablar
—Esta bien—recordó una película donde está frase no terminaba nada bien.
—Vamos afuera.

Maki asintió con la cabeza, y la siguió. Temía lo peor y Nico no hacía más que darle más sospechas sobre esto. No la saludo alegremente como siempre y tampoco tomó su mano. Llegaron a donde se suponía que se declararon.

—¿Recuerdas este lugar?—preguntó.
—Si, fue donde nos declaramos.
—Exacto, creo que no hay mejor lugar para lo que voy a decirte.
—¿Y eso es...? —un silencio incómodo reino durante unos segundos.
—Creo que debemos terminar.
—¿Que? Creo que escuche otra cosa
—Maki, quiero terminar contigo.
—N-no juegues con eso—dijo mientras las lágrimas se acumulaban en sus ojos.
—Lo digo enserio.
—P-pero... ¿Por qué?
—No quiero hacerte más daño.
—Nunca lo hac...
—Calla—interrumpió—no hagas las cosas más difíciles.
—¡Pero yo te amo!—gritó, acompañada de sus lágrimas.
—No deberías llorar por alguien como yo—intento secar las lágrimas de la pelirroja con su pulgar—. Hay personas miles de veces mejores que yo. Y no sé te será fácil encontrarlas.
—No hay nadie que sea como tu, porfavor... No quiero terminar nuestra historia tan pronto.
—Ya lo decidí. Lo siento.
—¡Esta bien!—su expresión de tristeza rápidamente se cambió por ira, ¿por que le costaba tanto entender que quería vivir un futuro con ella? Uno en donde fueran felices por siempre y su vida estaría al servicio de su bienestar—. Iré a lavarme el rostro. Tienes razón, ¡alguien como tú no merece mis lágrimas!

Nico vio como se alejaba hasta que la perdió de vista. Y se derrumbó.

—Lo hago por tu bien—dijo a pesar de que sabía que estaba sola.

Las lágrimas no tardaron en recorrer sus mejillas. Al menos logró hacerse la fuerte durante su ruptura. Se quedó durante un rato hasta que logró calmarse, justo a tiempo para ir al club. Sabía que volvería a encontrarse con Maki y tan pronto como las demás chicas se dieran cuenta de lo distantes que estaban, el salón del club se volvería un interrogatorio.

Por un momento quiso huir. Pero ya había hecho suficiente el fin de semana. Recorrió los pasillos, luego de esconder las marcas de su llanto, y se dirigió sin muchos ánimos hacia la tortura que le esperaba.

Cuando abrió la puerta del club, distinguió un gran cartel, que decia "feliz primer mes". Mientras todas miraban a la recién llegada.

—¡Felicidades!—gritaron en coro.

No tardó en volver a llorar. Generando la preocupación de todas. Honoka fue la primera en intentar consolarla. Pero fue detenida por Eli, que con un ademán dejó en claro que ella sería quien se encargaría de todo.

Abrazo fuertemente a Nico, mostrando su apoyo incondicional.

—Esta todo bien—dijo mientras acariciaba su espalda, tratando de frenar su llanto—¿quieres ir afuera?

Un gesto con la cabeza fue más que suficiente para que saliera muy despacio del club. Acompañada por varios murmurós.

Eli la llevó hasta la sala del Consejo estudiantil. No había nadie y no se le ocurría mejor lugar para hablar a solas con Nico sobre lo sucedido.

—¿Quieres un vaso de agua?
—Si—respondió con la voz quebrada.

El consejo estudiantil estaba muy bien equipado y no le tomó más que unos segundos conseguirle el vaso con agua.

—Ten, procura no beber demasiado rápido.

Le dio un momento para que se calmara y dar inicio a su charla.

—¿Está todo bien con Maki?
—Acabamos de romper.
—Oh, lo siento.
—Descuida, solo hice lo que tenía que hacer.
—¿A que te refieres?
—No merezco estar con alguien como Maki. Ella es tan perfecta, linda y... —las lágrimas volvieron a recorrer su rostro.
—Tranquila, estoy aquí—acarició su cabellera—. Bebe un poco más de agua.

Volvió a dejarle algo de tiempo antes de volver a hablar.

—¿Sabes?, esto también nos pasó a Nozomi y a mi.
—¿Enserio?
—Si, pensé que esto no les pasaría a ustedes. Después de todo su relación empezó hace poco. A decir verdad, creo que a todos les pasa esto alguna vez en su vida.
—¿Ustedes también terminaron?
—Claro que no, pero no estuvimos muy lejos de hacerlo. Solo le rogué a Nozomi que lo pensara antes de cometer cualquier locura. ¿Puedes creer que en menos de 30 minutos, se estaba disculpando?
—No estás diciendo esto para motivarme, ¿no?
—Nop, solo quiero decirte que deberías pensarlo mejor antes de actuar. Y si aun así crees que lo mejor es terminar, no dudes en hacerlo.
—Creo que tienes razón. Es solo que Maki es tan testaruda y no creo que quiera escucharme.
—Mira quien habla.
—¿Que dijiste?
—A lo que quiero llegar es que deberías hablar con ella lo antes posible.
—Lo haré, creo... ¿Esta en el club?
—No, hasta antes que llegaras.

Maki habia salido mucho antes que ella y aún no llegaba. Era muy raro por donde lo vieras, tomó su móvil y llamó varias veces. Todas ellas sin contestar.

—Gracias por la charla, de verdad eres de ayuda.
—Es lo que hacen las amigas, ahora ve y soluciona todo.
—Así será. Pueden entrenar sin mi, haré lo posible por regresar.
—Descuida.

Dicho esto salió disparada hacia la casa de Maki. Aprovecharía el largo trayecto para pensar en lo que iba a hacer en cuanto la volviera a ver. Esto definiría el futuro que les depararia como pareja.

Un futuro contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora