ɪɴꜰɪᴇʟ (ᴡᴀɴɢxɪᴀɴ)

Capítulo 10

Wei WuXian

(pasado)

Aun podía sentir aquella respiración en mi oído, el aliento de aquel tipo era asqueroso, demasiado agrio y sucio.

Mi cuerpo era un inútil, no podía moverme, ese bastardo me inyecto algo, perdí las fuerzas y la dignidad de luchar, quería gritar.

Lo único que salía de mí eran lágrimas de impotencia, de rabia y dolor.

—Pronto sentirás Wei WuXian, lo que es un verdadero hombre.

Lamia y tocaba lo más intimo de mi ser, me manchaba y mancillaba. Lo odiaba.

Una luz ilumino mi rostro, la puerta fue abierta, y mi cuerpo sintió una salvación entera, una esperanza de que podía salir de aquello.

—¿Qué estás haciendo Wen Chao? — era la voz de Wen Qing, ella miraba mi rostro.

—Le doy lo que quiere, no te metas hermana — haciendo énfasis en lamer mi rostro.

Intenté con todas mis fuerzas y negué, no Wen Qing, no quiero nada con tu hermano.

Su mirada cambio, jamás la olvidaría, solo asintió y cerro la puerta, me dejo con un demonio, mi mejor amiga vio mi cara de dolor y aun así me abandonó.

—Viste mi amado Wei Ying — beso mi mejilla — ni mi hermana te quiere.

Me penetró.

Cerré mis ojos con fuerza, con miedo y con asco.

Wen Chao no paraba y solo golpeaba mi rostro y mi alma.

No sé en que momento se detuvo, poco a poco mi cuerpo comenzaba a recuperar movilidad, él dormía a mi lado y yo solo pensaba en una cosa: matar al bastardo que abuso de mí.

Algo más fuerte de mi movilidad, salí corriendo de la recamará, me arrepentía enormemente de visitar a Wen Ning ese día, de no dejar que Jiang Cheng me acompañará, me arrojé a los brazos de Wen Chao, mi acosador.

Él que siempre se me insinuaba cuando estábamos a solas, él que intentaba tocarme, pero jamás lo deje, cumplió su objetivo.

Busque con todas mis fuerzas ayuda.

—Wei WuXian — su voz asquerosa me seguía, y yo corría cual cervatillo asustado.

—¿Qué paso? — la voz de Wen Ning también llego a mis oídos — ¿Qué te sucedió Wei Ying?

Hizo amago de levantarme, pero su madre lo retuvo.

—No toques a la puta de tu hermano, está sucia. Para eso te busco Wen Ning, para meterse en las faldas de la familia de prestigio Wen, y acostarse con Wen Chao.

Negaba, lo único que hacia era negar con mi cabeza, no podía ser cierto.

—Es verdad — la voz de Wen Qing se abrió paso entre todas — solo para eso busco a mi hermano.

¿Qué mierdas pasaba aquí? ¿Por qué me estaban humillando? ¿Por qué ella? Mi mejor amiga entre todas las personas, ayudando retener a Wen Ning que había comprendido la situación demasiado rápido.

—Suéltenme — forcejeaba mi pequeño amigo — por favor.

Entonces el pie de Wen Chao me arrojo más al suelo.

—Desde ahora tú eres mío — susurró en mi oído.

Las palabras ya no salían de mi boca, solo eran espasmos descontrolados que tomaban exactamente eso, el control en mí.