ɪɴꜰɪᴇʟ (ᴡᴀɴɢxɪᴀɴ)

Especial 1 (Familia Lan/Jiang)

Jiang Cheng

Para Jiang Cheng el amor de su vida siempre será Lan Huan, bueno eso pensaba, tuvo un nuevo amor de su vida cuando conoció a ese pequeño niño en el orfanato de la ex esposa de su marido.

Travieso y valiente, recuerda cuando reunieron a los niños para que se presentaran, pero JingYi prefirió ir a jugar al pequeño patio.

Lo encontraron cuando su madre llamó y él fue a responder lejos, estaba sucio de su ropita, tenía aproximadamente la edad de su sobrino.

Por su mente pasaron muchas cosas, pero de inmediato quiso reprenderlo por desobediente, y fue que lo entendió, aquel sentimiento inexplicable de querer algo, desear proteger al niño al grado de regañar lo que hizo mal.

Lan XiChen se enamoró del niño 7 minutos más tarde.

También recuerda lo difícil que fue tomar la decisión de adoptar para ambos, pero unos celos asquerosos se instalaron en su recién matrimonio cuando vieron lo felices que eran sus hermanos con su hijo, y lo anhelo, tener lo mismo con Lan Huan.

—¿Cómo te llamas? — le preguntó mientras limpiaba su cara llena de arena.

—JingYi — parecía querer llorar — ¿va a acusarme con la profesora?

Jiang Cheng alzo la ceja a modo de sorpresa, no sabía que hacer o que responder.

—Bueno, creó que se dará cuenta que faltas — dijo con cuidado — y también como está tu ropa.

—Si — parecía deprimido — es que en verdad quería jugar hoy.

—Eso parece — la voz de su esposo hizo acto de presencia — ¿encontraste a un nuevo amigo, amor?

Se sonrojo por el apodo cariñoso, pero ya habían discutido eso y los Lan eran muy tercos, lo acepto.

—Estaba jugando a ensuciarse — terminó de limpiar su rostro — su nombre es JingYi.

—Un gusto JingYi —su esposo también se agacho a la altura del niño — me llamó XiChen y mi esposo WanYin.

Él asintió comprendiendo.

—La maestra se enojará por ensuciar mi uniforme de visitas — hizo una mueca.

—Bueno, debes portarte bien — le dijo mi marido mientras se levantaba y le deba la mano — vamos adentro — me miró con complicidad — tal vez y no lo vuelvas a usar.

—¡Bien! — saltó feliz mientras tomaba mi mano.

-n-

Nunca podría olvidar aquella tarde, y ahora aquel niño travieso se había convertido en un descarado.

Con 18 años recién cumplidos me había dado el golpe más duro de toda mi carrera de padre.

—Quiero irme de casa — dijo con un tonó seguro, como siempre — quiero ser alguien independiente.

En verdad casi me le iba encima a darle un par de jalones de oreja.

Pero lo pensé un momento y miré a mi marido quien guardo silencio, reaccioné al ver aquella mirada, pocas veces vi molesto a Lan XiChen, muy pocas, y ahora tenía: la mirada.

No intervendría, daba más miedo que yo estando molesto.

—¿Con dinero de quién? — se cruzo de brazos y le pregunto a su hijo.

JingYi lo entendió de inmediato, y su rostro lleno de seguridad flaqueo.

—Trabajaré — casi me rio por lo orgulloso que se veía de que le contesto según él, algo que callaría a su padre.