BROKEN SOUL ©

Parte 3

Tres días después de haber conocido a Rodrick, me encontraba sentado en mi despacho, a media mañana, esperando a que llegase a nuestra sesión mas no lo hizo. Llamé al número telefónico que estaba anotado en sus papeles pero nadie atendió. ¿Estaría en la escuela? Según el expediente, iba a la tarde. Aunque la primera vez me había mentido sobre que tenía que irse a clases, quizá realmente tenía materias fuera del horario escolar. La voz en el intercomunicador me alejó de mis pensamientos; era Tracey informándome que Devonne, otra paciente, ya estaba en la sala esperándome. No hice más que dejarla pasar.

Ya eran poco más de la una de la tarde cuando me disponía a almorzar así que me despedí de Tracey y el Dr. Schulls quien también iba de salida. Tomé mis pertenencias, me calcé la gabardina y salí del consultorio en dirección al café a dos cuadras de allí pero la silueta de un hombre sentado en los escalones del edificio llamó mi atención. Quedé realmente sorprendido al darme cuenta que aquel hombre era Rodrick.

-¿Qué haces aquí?- Pregunté con notable extrañeza.- Estuve esperándote a las once, teníamos sesión ¿Lo recuerdas?- Asintió con la cabeza y le dio una larga pitada a un cigarrillo a medio consumir.- ¿Quieres decirme que sucedió?- Volvió a llevarse el cigarro a la boca y continuó mirando la nada. Su silencio comenzaba a inquietarme.- Mira Rodrick, necesito que...

-Soy el único culpable de todo lo malo que pasa en mi vida.- Me interrumpió.- Soy víctima de mis propios actos. De la inercia de mi vida.- Comentó pausadamente y con hastío.

-Pero lo malo también nos ayuda a crecer y aprender.- Aclaré.

-Tiene razón; aprendí que no vale la pena vivir.- Sus palabras rasgaron mi tranquilidad como quien corta en dos una hoja de papel.