Conteniendo la respiración y agudizando mis sentidos, me di cuenta que el silencio era tan profundo que podía escuchar mi propio latir. Los segundos se hicieron infinitos en tanto una gota de sudor comenzó a caer rodeándome el rostro. Nada. Ningún teléfono sonó. Subí al segundo piso e hice lo mismo. Marqué, esperé un instante y cuando estaba por cortar la llamada, el timbre de uno retumbó por el pasillo desde el último apartamento del corredor. Mi corazón dio un vuelco. Casi al trote, me acerqué a la puerta y golpeé. Las piernas me temblaban y las rodillas hacían un gran esfuerzo por sostenerme. Sentía que en cualquier momento caería al suelo. "¡Vamos Rodrick, abre la puerta por favor!" pensaba. Intenté abrirla mas estaba cerrada por dentro y una docena de pensamientos negativos se me cruzaron entonces. Seguí golpeando y llamando a la puerta pero nadie contestó. Estudié el corredor detenidamente y vi, justo en frente de la escalera, un extintor. Pensé fugazmente y me dirigí hacia allí para tomarlo y romper con él la cerradura. Cuando entonces, la puerta se abrió.
Una anciana de al menos 80 años apareció con su andador sosteniendo un teléfono inalámbrico. Sentí mis esperanzas desplomarse al suelo.
-Disculpe señora ¿Conoce a un tal Rodrick Dawson?
-¡Oh el niño Rodrick!- Exclamó simpática pasando el teléfono de mano para apoyarse mejor sobre su andador.- Siempre me trae el periódico. Vive en el cuarto piso joven pero creo que salió de viaje.
-¿Por qué lo dice?- Pregunté titubeante, imaginando lo que diría a continuación.
-Porque hace unos tres días que no lo he visto por aquí.
Subí corriendo las escaleras hasta llegar al último piso con mi alma desmoronándose en el camino, siendo arrastrada por mi propio cuerpo. Ahora, ese terrible presentimiento se había transformado en inevitable temor. Traté de alejar de la cabeza todo tipo de pensamiento pernicioso pero me era imposible. La ansiedad, el miedo y la agitación se apoderaron completamente de mí dejándome hecho un manojo de temblores y nervios. Ofuscado y sin aliento, llegué al cuarto piso. Solo un apartamento yacía en él. Volví a tomar mi teléfono y nuevamente marqué. El estruendoso timbrar de la línea irrumpió la tranquilidad del domicilio.
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BROKEN SOUL ©
Teen FictionEl doctor Benson es un reconocido psiquiatra a quien, uno de sus pacientes, le confiesa que planea quitarse la vida. Desesperado y habiendo sido testigo, anteriormente, del suicidio de una joven esquizofrénica, comienza a movilizarse para evitar que...