Un día normal

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Después de un largo día de entrenamiento, se despidió de sus camaradas que más que colegas eran como hermanos para él, sobre todo aquel que siempre alardeaba de ser su mejor amigo, él no lo negaba
Después de ese breve pensamiento fue caminando a paso lento hasta llegar a sus aposentos, no fue que su paz duró mucho hasta que llegó aquel guardián del octavo templo saludandolo tan efusivamente, que no le molestaba pero él no era muy amigo de esa clase de afecto.

-Camus ¿hacemos algo? Quiero decir opino que estaría bueno salir con los chicos a tomar algo digo que desde que volvimos a la vida no hemos tenido mucho tiempo de hermandad a demás tu casi nunca te sales de tu rutina te vendría bien despavilarte un poco ¿que me dices?

-Milo ¿A qué hora son las rondas está noche?

- A las 8 , pero no entiendo que tiene que ver con el tema

Camus sonrió de costado apenas un poco volvió su vista hacia su compañero y le dedicó una mirada neutra pero con picardía

-Acaso si mal no recuerdo que no me habías dicho que estarías ocupado hoy
-¿Ocupado? Si te refieres a que saldré bueno si estaré
- No me refería exactamente a eso Milo.
Está vez lo miró serio y fue entonces que el escorpión abrió grandes sus ojos

-No puede ser lo olvidé que  está noche me toca guardia con Shaina, Shiryu, Argol y Mu
Y ya son las 7 tengo una hora para descansar un poco , en fin no sé cómo haces pero siempre tienes la razón

Después de un breve saludo Milo tuvo que bajar a Escorpio puesto que sin darse cuenta había llegado hasta Capricornio. Camus atravesó la décima casa y se adentro en su templo no alcanzó a sentarse unos minutos  cuando unos guardias le informaron que Atena y el patriarca deseaban verlo sin más que decir...agarró su diadema que había dejado al lado de él en el sofá y luego de colocarla sobre si cabeza subió hacia la cámara patriarcal

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