Volver a la Escuela

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-No te preocupes todo irá bien, tú maestra ya sabe que ante cualquier cosa me tiene que llamar y yo iré a buscarte

-No lo sé...

-Sé que es difícil, pero debes ir a la escuela Nadja esa es una de las condiciones que aclaré con tu tía

-¿No puedo empezar el año que viene?

-Manzanita inténtalo, creeme no pierdes nada y lo que tú papá trata de decirte es que es importante que un niño asista a la escuela además estoy seguro de que tú mamá querría lo mismo

-Puede ser... Pero...¿Y si no le caigo bien a mis compañeros?

-Tonterías, eres un encanto y ya verás que harás muchos amigos

-¿En serio lo crees tío?

-Así va a ser ya verás

-Está bien iré a la escuela

Ambos caballeros conformes con la respuesta llevaron a Nadja a la escuela aquella que tenía un enfoque artístico, resulta que después de ese finde en París ya había pasado una semana y ese lunes cunado Camis fue a hablar a la institución logró que aceptarán a su hija pasó la semana y había llegado el gran día

-Asique la pequeña acuariana, irá a la escuela

-Hola tío Mu. Corrió abrazarlo

-Bien día Mu

-Solicitanos permiso para pasar. Le siguió Milo

-No es necesario amigos pasen nomás, Nadja ten. Le entregó una cadenita que había hecho
-Kiki estaba preocupado por tu primer día y dijo que necesitarías un amuleto de la suerte, como me pareció una linda idea te hicimos este.
Era una cadenita de cuello plateada con un dije que tenía las olitas de acuario y adelante el símbolo de Aries, ambos encerrados en un círculo

-Wow es hermosa tío Mu ¡Gracias!

-De nada pequeña, pero agradecele a Kiki fué su idea. Le guiñó un ojo

Nadja salió del templo y buscó a su amigo para agradecerle

-Ese ha sido un gesto muy bello para con mi hija por parte de ambos, gracias Mu

-Pero no esperes que surja algo amoroso entre los dos. Ambos caballeros lo miraron con una ceja levantada
-¿Que?

-Tienen 7 y 9 años Milo solo son niños. El ariano sonrió

-¿Y eso qué?

-Olvídalo. Camus agarró el puente de su nariz con frustración
-Bueno nosotros nos retiramos Mu sino se nos va a hacer tarde por la escuela de Nadja

-Claro no los entretengo más, nos veremos después

-Adiós. Dijeron los dos

Afuera el copito charlaba amena con Kiki el era su mejor amigo, ambos sentados en las escaleras de entrada del templo

-No será divertido pasar las tardes solo. El pequeño lemuriano se encogió de hombros

-Sí, yo también te extrañaré Kiki pero no te preocupes porque te contaré todo, y esto no quiere decir que ya no jugaremos además al llevar este dije es como si estuvieramos juntos

Kiki se sonrojó un poquito
-Pero... Que cosas dices... Nadja espero que te vaya muy bien en la escuela, suerte en tu primer día

-Gracias Kiki. Lo abrazó

-No... Hay de... Que

-Nadja es hora de irnos

-Sí papá, adiós Kiki

-Adiós copo de nieve

-¡Oye su nombre es Nadja!

-¡Haaa Señor Milo!

-Milo ya vámonos

-Te vigilaré

El pobre Kiki corrió adentro del templo

-Milo...

Una vez que llegaron la directora se presentó saludó cordialmente ambos, después de una breve charla ya  era hora de despedirse

-Ya sabes Nadja ante cualquier cosa vendré a buscarte. Le besó la frente estaba agachado a su altura

-Sí no es él, vendré yo y en el mayor  de los casos alguno de tus otros tíos, pero nunca estarás sola manzanita. Milo también estaba a su altura y acarició su cabeza

-Gracias papá, gracias tío Milo. Los abrazó por el cuello a ambos

-Ya casi es hora de que suene el timbre

-Es hora de irnos

-Recuerda ante cualquier cosa

-Los llamaré. Sonrió

Una vez que se fueron Nadja fue a formar con sus nuevos compañeros estaba muy nerviosa pero con las palabras de su padre, su tío más el dije que le regaló Kiki y su tío Mu se dijo que nada podría salir mal
Afuera  de la Institución
Camus tomó el rostro de Milo con sus manos y lo besó con ansias

-Gracias por acompañarme en esto. El escorpiano lo tomó por la cintura y le devolvió el beso

-Gracias a tí por dejarme formar parte de tú familia. El acuariano sonrió

-¿En qué piensas?. Milo le tomó la mano

-En que tenemos el templo libre unas horas. Lo besó

-Pervertido, después me dices a mí. Beso su oído

-Es que desde que volvimos de París lo hemos hecho dos veces vamos sé que quieres bicho. Le susurró

-Obvio. Y se besaron, luego volvieron al Santuario tomados de la mano irían a profesarse amor una vez más con sus cuerpos y sus almas hasta que fuera la hora de ir a buscar a la manzanita

 Y se besaron, luego volvieron al Santuario tomados de la mano irían a profesarse amor una vez más con sus cuerpos y sus almas hasta que fuera la hora de ir a buscar a la manzanita

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