Los niños no piden venir a este mundo y esto Camus lo sabe muy bien, sin embargo no estaba seguro de poder lidiar con la situación que le plantaba la vida en ese momento, de los errores se aprende, pero esto iba más allá y él tendría que aprender a...
Sin pensarlo una semana se había pasado en un abrir y cerrar de ojos, ya era lunes de la otra semana y todavía no habían terminado la misión, resultó que el niño en cuestión tenía un escondite en las montañas del pueblo, y en esos días la fuerte tormenta de nieve que venía azotando al pueblo no ayudaba en la búsqueda, Camus no lo demostraba físicamente pero estaba preocupado por Nadja, pensaba detalles menores como si podría dormir de noche, o si se llevaría bien con Afrodita su mejor amigo le decía que estaría bien, y que él comprendía cómo se sentía.
-Parece ser que está tormenta de porquería no se detendrá hasta mañana, si es que tenemos suerte
-No se detendrá mañana, estás tormentas tienden a durar bastante tiempo como pueden ser dos semanas o quizás tres
-¿Entonces que haremos?. Dijo mientras le daba un sorbo a su chocolate caliente
-Estoy pensando en eso, primero debo enviar esta carta al santuario avisando que nos retrasaremos y luego poner en marcha un plan que ya pensé. Bebió su chocolate
-Espero funcione, ese niño es muy escurridizo me dan ganas de lanzarle una aguja escarlata para que se quede quieto y no use cosmos
-La idea es llevarlo sano y salvo no mandarlo a la tumba Milo pero te entiendo, debo admitir que por un lapsus pensé encerrarlo en el ataúd de hielo
Camus terminó la carta, la preparó para enviarla, una vez hecho se preparó para dormir, Milo ya se había acostado y estaba dormido, sonrió de lado, el escorpiano era muy friolento y estaba tapado hasta la cabeza , fue y le acomodó las mantas para que pudiera respirar, le causó un poquito de ternura. Así durmieron los dos hasta e día siguiente
-Haaa, que sueño ¿no podemos quedarnos a dormir hoy Camus?
-Sí quieres puedes quedarte, yo quiero terminar está misión cuanto antes
-Ok, solo decía y ¿cuál es el plan?. Ya estaba colocándose las zapatillas
-Subiremos hasta la montaña, ahora, ya que a la mañana es más fácil caminar entre la nieve, sabemos que el niño sale a buscar alimentos al medio día por lo cuál merodearemos el sector y cuando menos se lo espere saldremos al encuentro como va a pensar que yo lo atacaré con lo aire frío, querrá usar su cosmos allí saldrás tú detrás de él usando la restricción, ¿alguna duda?
-No cubito
-Perfecto vamos
Salieron y fueron a las montañas y para la tarde ya tenían al pequeño en su cabaña, después de todo el estratégico plan de Camus como era de esperarse había dado resultado.
-Después de todo no será necesario enviar esa carta podemos partir está misma noche
-De hecho envié la carta anoche, a demás con esta tormenta quizás podamos emprender vuelo el viernes
-¡Que no podemos dejar sola tanto tiempo a la manzanita!
-Calmaté, debemos ser razonables, es imposible salir en medio de esta tempestad, y por cierto a veces me cansas con tu paranoia Milo
-¿Te canso con mi paranoia? pues discúlpame por ser el único que se preocupa por ella. Milo estaba enfadado
-No discutiré contigo, no estas apto para conversar ahora
- ¿O si no qué?,dime ¿por que te molesta que hable de Nadja en estos momentos?
-Milo sabes que, estoy cansado mejor me voy a dormir
El escorpiano se acercó de repente hasta Camus y lo tomó de los hombros, el acuariano lo miró sorprendido quiso safarse de los brazos de su mejor amigo pero este no lo dejaba sus rostros estaban cerca y casi podían sentir sus respiraciones, Milo lo miró seriamente y le dijo en un tono suave
-Dime que por un momento tienes sentimientos, y que no eres solo un guerrero ya basta de esa infinita barrera de hielo que creas a tu alrededor, yo sé muy bien que solo aparentas que no te importa pero la realidad es que estás más preocupado que yo
Camus no supo porqué, si fue la situación, la presíon del momento pero se puso muy nervioso de tener cerca al escorpiano, escondió su vista en su flequillo y apretó sus labios de abajo, el acuariano se había quebrado
-¿La extrañas no es así?. Aflojó un poco el agarre
-En toda la misión he estado pensando en ella mas que mal en algún momento del día, no se como estará, no se si tiene hambre, si tiene miedo, si tuvo algún problema. ¡La extraño demasiado! ¡era eso lo que querías escuchar!
Milo sonrío y abrazó a su amigo fuertemente
-Eso era justo lo que quería escuchar, está bien eres padre y es normal que tengas esas preocupaciones, déjate disfrutar más no es necesario que armes una coraza todo el tiempo Camus yo también la extraño mucho
-Milo ¿acaso tú?
-Supe como te sentías todo este tiempo, solo estaba esperando el momento para tocar el tema
-Milo.... gracias...
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