Aquella noche, todos se acomodaron como pudieron en la pequeña casa de Xunaan e intentaron dormir, pero la emoción de la batalla les impedía conciliar el sueño. Al final, todos sucumbieron ante el cansancio y cayeron completamente rendidos. Cuando despertaron, Xunaan ya los estaba esperando en el patio trasero, con la mesa puesta y el desayuno preparado.
–Buenos días –dijo ella, con una sonrisa en el rostro–; espero hayan podido descansar. Vengan a desayunar.
Los seis tomaron asiento alrededor de la mesa y ella empezó a servirles. El placentero aroma de la comida les abrió el apetito y todos comenzaron a comer.
–De nuevo, les doy las gracias por haberme salvado. No es la primera vez que me encuentro en una situación tan terrible como la de anoche, solo que en esta ocasión realmente no pensé que fuera a librarla. –Dio un sorbo a su bebida caliente y, en tono de broma, agregó–: Al parecer, tengo la mala costumbre de meterme en problemas.
–¿A qué te refieres? –curioseó Chucky.
–Bueno, hace algunos años fui capturada por el Chivo Brujo –reveló Xunaan. En ese momento, todos le dirigieron una mirada llena de asombro.
–¡Entonces tú eres a quien estamos buscando! –exclamó Issi desde su asiento, al otro extremo de donde Xunaan estaba sentada–. Necesitamos tu ayuda.
Ahora fue ella quien quedó sumamente sorprendida.
–¿Buscándome a mí? –cuestionó.
–Bueno, no exactamente a ti –procedió a explicar Sergio, quien estaba sentado a su lado–. Vinimos en busca de la mujer que logró escapar del Chivo Brujo, pero no sabíamos que eras tú.
–¿Y qué es lo que quieren de mí? –preguntó ella con recelo.
–Queremos que nos digas dónde se encuentra el escondite de ese monstruo. –Fue Issi quien contestó esta vez.
Xunaan guardó silencio, bebió otro sorbo de su bebida, agachó la cabeza y dijo:
–Lamento no poder ayudarlos con eso.
–Pero, ¿por qué? –preguntó Issi, sorprendido por aquella respuesta.
–No es que no quiera hacerlo, lo que pasa es que las cosas no sucedieron como la gente cree. Sí logré escapar de él, pero fue antes de llegar a su guarida, durante el trayecto.
–Lo que estás diciendo es que...
–Que no tengo ni idea de donde pueda estar –concluyó ella.
–Vaya, no es lo que esperábamos escuchar –confesó Sergio, desilusionado–. Digo, nos da gusto que hayas logrado escapar; pero teníamos la esperanza de que pudieras darnos alguna pista que nos ayudara a encontrarle.
–Lo único que sabemos es que tenemos que cruzar un Puente de Arcoíris –añadió Vito–, pero al parecer nadie jamás lo ha visto.
–¿Un Puente de Arcoíris? –preguntó Xunaan para asegurarse de haber oído bien.
–Sí, así es –contestó Vito–. ¿Por qué? ¿Lo has visto?
–No, pero... –se levantó de su asiento y dijo–: conozco a alguien que podría haberlo visto.
–¿Quién es? –preguntó Issi inmediatamente– ¿Podrías llevarnos con esa persona? –Ella sonrió y asintió con la cabeza.
–Vengan conmigo.
Todos se pusieron de pie y siguieron a Xunaan, quien se adentró en el monte que iniciaba más allá de su patio. Caminaron alrededor de diez minutos hasta que llegaron a una choza. Antes de entrar, Xunaan le pidió a los demás que la esperaran afuera y, dicho esto, abrió la puerta y se perdió en el interior. Al salir, venía acompañada de una hermosa Lechuza de alas plateadas, la cual descansaba tranquilamente sobre su hombro.
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Los Guerreros del Circo Rodante
AdventureHistoria basada en las canciones e integrantes de la banda campechana Roll Circus, la cual nos relata las aventuras de un grupo de jóvenes del Mayab que se unen para derrocar el oscuro reinado del Chivo Brujo y salvar a la Amiga Galaxia.