Luego de una semana de mucho aprendizaje y preparación, Issi, Vito, Sergio y Chucky estaban listos para seguir con la misión. Esa noche descansaron plácidamente y, en la mañana, compartieron un último desayuno con todos los personajes del circo.
–Hay un pueblo a varios kilómetros al norte de aquí –les dijo Mr. Roll Circus al momento de despedirse–; dicen que ahí habita una mujer que hace muchos años fue prisionera del Chivo Brujo, pero que encontró la forma de escapar. Seguramente ella sabrá a dónde tienen que ir. –Les entregó algunas provisiones y estrechó sus manos–. Deberían ser capaces de llegar allí antes que anochezca. Les deseo la mejor de las suertes.
Cada uno le agradeció por todo lo que había hecho y, con una sonrisa en el rostro, partieron de ahí con rumbo a Xcalumkín, con la esperanza de encontrar a esa misteriosa mujer. Por suerte, las nubes decidieron acampar aquella tarde a lo largo y ancho del cielo, por lo que el calor fue menos intenso de lo que había sido con anterioridad. Aun así, la caminata fue sumamente larga y, en lo que pareció ser un abrir y cerrar de ojos, el sol comenzó a ocultarse.
La noche llegó y agarró a Issi y a los demás en medio del monte. Estaban seguros de que ya les faltaba poco para llegar a su destino, por lo que, con unas linternas que les habían proporcionado, alumbraron el camino y continuaron. Sin embargo, andar se tornaba complicado en esas condiciones y decidieron pasar la noche ahí, tal como habían hecho antes. Apenas empezaban a acomodarse, cuando escucharon un fuerte griterío a unos cuantos metros de donde ellos se encontraban. No les fue difícil identificar el lugar del cual provenía el alboroto, puesto que, quienes estuvieran provocándolo, portaban antorchas que alumbraban el sitio.
Más por precaución que por curiosidad, Issi y los demás decidieron ir a ver que estaba sucediendo y, al acercarse, descubrieron a un grupo de hombres rodeando a una mujer que se encontraba desnuda y atada de pie a un poste de madera; debajo de ella había varios pedazos de leña perfectamente acomodados. La escena era lúgubre y extravagante. Todos movían sus antorchas en el aire y entonaban esta canción:
Espíritus de la tierra están
guiándonos hacia el más allá,
donde una fiesta va a empezar
y todo el mundo quiere bailar.
//Ven pa'ca.
Everybody's dancing, c'mon baby//.
Tres hombres con las caras pintadas danzaban dando vueltas alrededor de la mujer, mientras que ella forcejeaba, tratando de soltarse. Un pedazo de cinta en la boca le impedía pedir ayuda. En su rostro podía verse la angustia y el terror que estaba sintiendo en ese momento. Todo parecía indicar que sería sacrificada en contra de su voluntad en medio de aquel extraño ritual.
–¡Silencio! –bramó alguien de entre las sombras y se abrió paso hacia la parte de en medio. Quienes bailaban se detuvieron y se colocaron junto a los demás hombres en el círculo que rodeaba a la mujer. El hombre que había gritado era mórbidamente obeso y su rostro indicaba que estaba borracho. Se paró junto a la mujer y la observó de arriba abajo.–. Los espíritus estarán complacidos con este sacrificio –dijo en voz alta y, acto seguido, le dio un sorbo a la botella que tenía en la mano izquierda, procurando alejar la antorcha que tenía en la otra mano–. Hoy, a la media noche, elevaremos un fuego al más allá y conseguiremos el favor de los espíritus nocturnos.
–Este tipo está loco –comentó Chucky en voz baja–. Tenemos que hacer algo por esa pobre muchacha.
–Lo sé –dijo Issi–. Quizá sea el momento ideal para ver los resultados del entrenamiento.
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Los Guerreros del Circo Rodante
MaceraHistoria basada en las canciones e integrantes de la banda campechana Roll Circus, la cual nos relata las aventuras de un grupo de jóvenes del Mayab que se unen para derrocar el oscuro reinado del Chivo Brujo y salvar a la Amiga Galaxia.