10.- Un nuevo comienzo.

14 0 0
                                    


–¿Por qué regresaron? –cuestionó Issi a Galaxia mientras cruzaban de regreso el Puente de Arcoíris.

–No podía irme sin ti –contestó Galaxia sin titubear.

–Te arriesgaste demasiado. ¿Qué tal si no hubiéramos ganado?

–Estaba segura de que lo lograrían. Después de todo, tú nunca te rindes. –Galaxia se sonrojó y tomó a Issi de la mano. Continuaron así hasta llegar al otro lado. La niebla había desaparecido.

–Bien. Parece que hemos llegado al final de esta increíble aventura –declaró Issi, dirigiéndose a todos–. Fue un largo viaje, lleno de momentos inolvidables. Aprendí muchas cosas nuevas, hice grandes amigos, recuperé al amor de mi vida...

–¡Y liberamos a todo el territorio del dominio del Chivo Brujo! –exclamó Vito, emocionado.

–Es verdad. Ahora vendrán tiempos mejores –añadió Sergio–. Es un nuevo comienzo para todos.

–Supongo que esta es la despedida –intervino Villatoro–. Fue un honor combatir a su lado.

–No son tan debiluchos como parecen –agregó Manzano, con su usual sentido del humor.

–¿Necesitan volver tan pronto al circo? –indagó Issi.

–¿Por qué? ¿Qué tienes pensado? –quiso saber Manzano.

–¡Yo lo sé! –gritó Chucky–. No hace falta ser ese Profeta Urbano para saber que a toda gran victoria le sigue un gran festejo. –Issi esbozó una enorme sonrisa en señal de aprobación.

–¡Pues vamos a festejar! –soltó Manzano con alegría–. Pero antes... –Dirigió una mirada a Villatoro, quien entendió lo que quería decirle.

Villatoro se acercó al Puente de Arcoíris y lanzó una poderosa onda de energía a través de él, que lo hizo vibrar a tal grado que lo rompió en mil pedazos.

–Nadie debería visitar ese lugar jamás –sentenció Villatoro.

–¿Y ahora a dónde vamos? –preguntó Galaxia–. Nuestro pueblo está muy lejos de aquí.

–No te preocupes –dijo Sergio–. Estoy seguro que en cualquier pueblo se pondrán más que felices de saber que el Chivo Brujo ha muerto. Y yo sé de alguien que nos puede ayudar a encontrar el pueblo más cercano –afirmó, acercándose a Chucky y acariciando a Ahkim en la cabeza. La lechuza agitó sus alas y emprendió el vuelo.

Una hora más tarde, Ahkim regresó y se posó nuevamente en el hombro de Chucky.

–¿Lo encontraste? –le preguntó Chucky. Ahkim empezó a ulular para hacerles saber que así había sido.

Todos se pusieron contentos y se prepararon para partir, deseosos de llegar lo antes posible para poder descansar.

Cuando llegaron al pueblo, la gente se sorprendió al verlos, sobre todo por el estado en el que se encontraban: muy sucios y heridos; pero al conocer la razón del por qué estaban así, de inmediato los llevaron a reposar.

Las personas del pueblo, impactadas y gozosas por la noticia, empezaron a correr la voz en los alrededores y, pronto, una gran multitud de gente proveniente de distintos pueblos se congregaron ahí e iniciaron los preparativos para una gran fiesta. Cuando cayó la tarde, ya todo estaba listo y el festejo inició. Había música, comida, algarabía, fuegos artificiales. Toda una celebración a la libertad.

Antes de unirse a la celebración, Issi y Galaxia se fueron a un lugar apartado para platicar a solas. Ahí les dio la noche y juntos miraron el hermoso cielo nocturno.

–Escoge una estrella –le pidió Galaxia–, te la quiero regalar. En el amplio firmamento alguna te ha de gustar. –Issi señaló una y, al instante, Galaxia alzó su mano y la tomó–. Es para que la lleves siempre contigo e ilumine tu camino en todo momento.

–Muchas gracias, aunque... –empezó Issi– ya te tengo a ti para iluminar mi mundo entero –finalizó y se acercó a ella para darle un beso en los labios.

Luego de compartir un prolongado y romántico beso que marcó la reanudación de su antigua relación, Issi y Galaxia se personaron en la fiesta, donde Vito, Sergio, Chucky, Manzano y Villatoro ya los estaban esperando.

–Vaya, hasta que se dignaron a aparecer –les reclamó Vito, bastante animado–. Se están perdiendo de una súper pachanga.

–Llegaste justo a tiempo –le aseguró Manzano a Issi, acercándose a él y rodeándolo con el brazo–. El grupo musical dice que los instrumentos están disponibles si alguien desea tocar una canción. ¿Qué dices? ¿Nos aventamos una?

–¿O dos? –dijo Chucky.

–Yo digo que tres –expresó Sergio.

–Ya que sean cuatro –concluyó Villatoro.

–¡Pues a darle! –exclamó Issi.

Todos subieron al discreto escenario improvisado por los pobladores y cada quien tomó su respectivo instrumento.

–¡Descendientes del Chilam Balam! –gritó Issi con pasión desde ahí–. Acérquense y celebremos que ya no somos más esclavos del temor. –La gente se acercó rápidamente. Issi dio la señal y la música empezó a sonar–. El amor es lo que rifa hoy y es la fuerza que nos mueve a hacer cosas inigualables. Y en honor a la persona que me motiva a dar lo mejor de mí cada día, les presentamos la siguiente canción...

Ella vive un mundo aparte,

donde hay ríos de oro y diamantes,

y brilla tu sonrisa.

Ella quiere realizar

y ganar un mágico bailable

al ritmo de mi corazón.

Quiere llorar,

quiere reír,

es de luchar

y trata de ser feliz.

La gente comenzó a bailar y a disfrutar de tan sensacional presentación. A esa canción le siguieron otras más. Fue un momento lleno de buena vibra y mucho ánimo. Todos alegres porque una nueva temporada iniciaba en el Mayab.

A partir de ese día, en todos los pueblos, comenzó a circular la leyenda de los poderosos guerreros que vencieron al Chivo Brujo. De todas partes los invitaban para conocerlos y escuchar la historia de cómo habían vencido al poderoso hechicero. Y ellos aprovechaban esas ocasiones para dar un mensaje de unión, paz y amor.

Poco tiempo después, la gente empezó a conocerlos como "los guerreros del Circo Rodante" y, en vez de tomar rumbos diferentes, Issi, Vito, Sergio, Chucky, Manzano y Villatoro decidieron permanecer juntos y emprender un nuevo viaje hacia una nueva aventura.

¿FIN?

Los Guerreros del Circo RodanteWhere stories live. Discover now