Prólogo

210 21 45
                                    

Pensamiento de Jun:

Después de algunos años, había decidido continuar mi vida académica, no podía seguir encerrándome en el pasado.

Paso dos años de lo acontecido. Había vivido feliz en ese tiempo, que me fue imposible creer cuando me entrego los papeles del divorcio, después del accidente.

No lo entendía.

Llore y le rogué que no haga ello, pero me obligo a firmar los papeles del divorcio, porque si no me quitaría a mi hijo.

No me quedo de otra que firmar, pero no acepte nada de su parte. Pero lo que más me dolió, fue que me dijo que no vería crecer a nuestro hijo, que, si le daría lo que necesitaría en dinero, pero en lo otro, no.

Le mande al diablo.

Y desde ese día decidí odiarlo.

— ¡Omma!!!, ¡buen día!!! — habla mi niño de tres años, saltando en mi cama.

— Buen día mi niño— le respondo regalándole un beso en los labios.

Labios carnosos que había heredado de su padre y aquella mirada profunda.

— ¿Listo para tu trabajo?— me sonríe.

— Si— respondo alegre y entusiasta.

— ¿Entonces hoy vendrá mi nuevo amigo? — pregunta alegremente y yo asiento.

Aquello era una de las razones por la cual no había escogido mi especialidad médica. No quería dejar a mi hijo solo o con alguna niñera, pero Hong Ki era un buen amigo de ambos, a él podía confiarle mi vida y la de mi hijo.

— Pero si ya conoces a Kiki— le pico la nariz y hace un hermoso puchero con sus labios, la cual, aprendió de mí.

— Pero nunca me había quedado mucho tiempo con él— se defiende y sonríe.

A Kiki lo conocí en el momento más crítico de mi vida, era psicólogo y profesor en guarderías. Me ayudo a superar mi divorcio y ver que podía seguir adelante con mi hijo.

Asiento ante las palabras de mi hijo, y lo llevo a la cocina para que desayune, mientras me alistaba para ir al hospital.

Al poco rato se escucha el timbre sonar.

Sonrió al saber quién podría ser.

Cuando me dirijo a la puerta a abrir, veo a mi niño sobre su silla infantil parado, para intentar abrir la puerta. Sonrió.

Lo cargo, para que alcance la manija de la puerta, claro que después de quitar el seguro.

Es mi niño quien abre la puerta con una gran sonrisa.

Y otra sonrisa nos da la bienvenida y abraza a mi hijo.

— Tienes llave— reclamo con broma, pero él me responde sonriendo.

— Quería que Yesung me abríera la puerta— me responde sonriendo y besando su mejilla.

— Y lo hice tío— habla cantarinamente mi hijo.

— Okey, pasa— respondo con una sonrisa.

Hong Ki, hace caso y se dirige a la cocina, para terminar de hacer comer a Yeye.

Niego con la cabeza, mientras tomo una taza de café.

Era increíble que Kiki aun no haya conseguido una pareja que lo ame, si Kiki era un amor y amaba a los niños, tal vez ese era el hecho, porque ahora los chicos huían de tener hijos, como él. Dejo mi sonrisa.

— Nuevamente pensando en él— me habla maternalmente Kiki.

Y no podía negarme, porque ya me conocía muy bien. Y asiento.

— Cuando supo que estaba en cinta, era el hombre más feliz, pero después que nació. Cambio— indago con tristeza.

— Algo debió pasar— me responde con curiosidad, pero niego.

— Todos los hombres son iguales— respondo con ademan, mientras veo como mi hijo se perdió en su mundo de tortugas, al ver una tortuga en la televisión.

— No todos— responde Kiki— espero algún día conocer al chico ideal— sonríe soñadoramente y yo igual.

Kiki era muy risueño y soñador, como cuando yo lo era, cuando conocí a Jung Min, pero fue él mismo quien me hizo cambiar.

Suspiro, esperando que ningún hombre cambie esa mirada en mi amigo.

— Y lo conocerás— sonrió, mientras agarro mi bolso— me voy— le digo, mientras beso la mejilla de mi hijo, quien estaba muy concentrado viendo a las tortugas de animal planet.

— ¡Figthing!!! — me habla animadamente Kiki como despedida.

Sonrió por las ocurrencias de Kiki.

Kiki podría sonar muy infantil, hasta diva, pero era más maduro que yo, a pesar de no pasar por lo mismo que yo, o tal vez es el hecho que es psicólogo o mi mayor, o simplemente porque tuvo varios desamores.

La verdad, ¿no sé cuál sería? ...

Pero desde que llego a mi vida, Kiki fue un gran apoyo moral.


Tras llegar al hospital todo el personal médico nos dio la bienvenida, especialmente el área de pediatría.

Sí, es lo que piensan.

Estaba haciendo mi especialidad en pediatría.

Acostumbrarme nuevamente al trabajo duro, fue algo difícil los primeros días, pero lo pude.

Pues hace mucho tiempo que no hacia turnos cada tres días, y al que le costó más acostumbrarse a aquellos cabios fue a mi hijo, porque siempre llegaba a casa a dormir con él, todas las noches.

Y ahora estaba posturno.

Y estando casi sin nada de dormir, no sé si mi mente juega conmigo por el cansancio, pero veo movimientos sospechosos en el hospital, tal vez solo soy yo.

— ¡Parto! ¡Dr Jun! — escucho decir a uno de mis internos.

Yo estaba a cargo de la atención inmediata y mediata del recién nacido, en este momento, así que tenía que ir a sala de parto.

Y lo que se me hizo más raro, fue, ver a una nueva enfermera, pero no le tome importancia.

Pero de un momento a otro veo como soy apuntado con un arma y ser amenazado con quitarme a mi hijo, y aquella persona que me amenazaba era nada menos que el mismo padre de mi Yesung.




Inicio: 21 marzo, 2020.


Notas de autora:

Volví otra vuelta con otra historia Minjun.

¿Qué les parece?

Espero que le den una oportunidad a esta historia.

Yo creo que no tardare en actualizar mucho, con esto de la cuarentena.

Así que no vayan a desesperar jejeje.

Nos leemos pronto.

Venganza o Familia [MinJun]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora