#20 - Epílogo

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Narra Lince

Me quedan pocos minutos. Nos hemos cedido todos un pequeño descanso en nuestras habitaciones antes de partir hacia el futuro.

El futuro... el futuro. El futuro me causa miedo. No sé lo que nos puede deparar.

¿De verdad es bueno alterar el orden natural de las cosas? ¿De verdad ha llegado la hora de Cénit? ¿De verdad es necesario hacer todo esto?

Desde ayer... me he autoexcluido del grupo. No me encontraba con ánimos de hablar con nadie. Solo quiero volver a sentir los brazos de Cénit rodeando mis hombros y sus labios rozando los míos.

Solo quiero... solo quiero escapar. Solo quiero vivir tranquila. Solo quiero que todo esto se acabe. Esto... parece un bucle. Un bucle que no tiene fin. ¿Pero qué hay que hacer para frenar este bucle? ¿Cómo puedo detener mi constante sufrimiento? ¿De verdad puedo parar el bucle?

¿Es demasiado lo que pido?

No... pero... ¿cómo? Tengo demasiadas preguntas ahora mismo.

No puedo seguir llorando por Cénit. No estoy perfecta, claro que no. Estoy muy mal. Pero... así no voy a llegar a ninguna parte. No debo presionarme a mí misma, pero no puedo revivirle si cada dos segundos me derrumbo al pensar en él. Solo... pensar en que cada vez queda menos para ver su sonrisa... es lo único que me da fuerzas actualmente.

Cojo la tarjeta. Brilla. Parece estar diciendo "¡Úsame, úsame!". La vuelvo a guardar. ¿Quién de nosotros cuatro podrá revivir a Cénit? ¿A qué se refería Midas con "corazón de tinta"?

No, Lince, no. Lo estás haciendo todo mal, lo contrario a lo que te propusiste. Tengo que dejar de hacerme preguntas. Tengo que actuar.

Me quedan cinco minutos antes de partir. Y sé lo que voy a hacer.

Salgo de mi apartamento, cierro la puerta y voy a la puerta de al lado. Suspiro antes de abrirla. Tengo que cambiar de llave para hacerlo. Estar en los aposentos de Cénit... no sé si es mejor o peor todavía. Un barrido rápido a su salón. Mis ojos solo se detienen en un punto. Me adentro más en la sala cuando llego frente a eso. Una foto suya. En ella estamos él y yo. Con nuestros aspectos normales. Su pelo castaño, sus ojos irisados. Lo echo de menos. Pero llorar no es la salida.

Dejo la foto en su sitio, salgo del apartamento y cierro la puerta. Voy al sitio donde habíamos quedado, justo a la hora. Cuando llego solo está la Artillera.

Lince: Oye...

Se gira. Me mira esperando mis palabras. La abrazo pillándola por sorpresa.

Lince: Todo saldrá bien. Le tendremos de vuelta antes de lo que pensamos. Piensa en que cada vez nos queda menos para verle sonreír de nuevo.

Me separo para comprobar que una lágrima solitaria corre por su rostro.

Artillera: No me merezco este cariño...

Lince: Me da igual que no te lo merezcas. Yo te lo voy a seguir dando. Salvaremos a Cénit. Juntas.

Fortnite II: Rescate del pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora