Thalia no parece sorprendida por la pregunta, insiste con la Coca-Cola en su mano y al final decido recibirla.
- ¿Porque lo hiciste? Si te amaba... - sus ojos se llenan de culpa y un pequeño suspiro sale de sus labios. - Dime que hice mal.
Ella camina hacia un pequeño balcón que sobresale al lado del comedor, yo la sigo esperando aquella respuesta que tanto tiempo necesite.
- Sonará como frase de cajón, Jhos. - suelta otro leve suspiro y sus ojos están fijos en algún lugar del extenso cielo. - Pero no hiciste nada mal.
>> Podrá sonar con inmadurez pero tenía tan solo dieciséis años; te amaba. Es más, aún lo hago. - por un leve momento nuestros ojos se encuentran y la intensidad que los suyos desprendían, hizo que girara mi rostro al instante. Por unos segundos solo se oye el susurro del viento y al final ella continúa mirando el cielo y vuelve a hablar. - Ese día fue el más feliz de mi vida; cometí aquel error y no hay nada que lo justifica. Lo acepto.
>>Cuando entraste al instituto, te admiré desde el primer segundo, la decisión que desprendías; creí que solo serías cara bonita y nada de cerebro. - suelta una leve sonrisa y me contagia a mi igual. - Pero me corregiste ese pensamiento en el salón de clase, eras un diccionario con pies. Eso solo aumentó más mis ganas por acercarme a tí. Kin habia sido mi amigo desde que tengo memoria, y siempre supe que, hacer amigos no se le daba bien; pero lo obligué a qué te hablara, al principio se negó rotundamente pero al final cedió como siempre lo hacía cuando le pedía algo.
>> Ustedes se volvieron mejores amigos y ya era hora que Kin me presentara - sus ojos estaban perdidos y en el cielo, en la luna. - Fue aquel día que Steve, Kin y tu fueron al Cine ¿Lo recuerdas?. De casualidad yo aparecí por allí y me le uní; bueno no fue casualidad.
Ella reía ante los recuerdos y aunque en algún momento de nuestra relación ella me había contado esto aún no me explicaba el porqué me había defraudado con mi mejor amigo.
- Te preguntarás porque te cuento todo esto y no voy al punto ¿Cierto? - dice esta vez mirándome a los ojos. - ¿No notas algo en común en todo ésto? Es Kin, Jhos.
>> Cada vez que le pedía algo, aunque se negaba al inicio, siempre terminaba por ceder, así era con cada una de mis peticiones. Siempre notaba el cariño que él me mostraba, pero siempre lo atribuía a qué nos sentíamos como hermanos, claro. Crecimos juntos. - siempre había notado eso de Jackson pero también lo imaginé a un amor de familia. - No fue hasta aquel día en que empezamos a salir tu y yo; después de aquella salida al parque donde me pediste que fuera tu novia, llegué a casa y lo llame para que acudiera; como te imaginas se negó con la excusa de estar cansado pero al final, apareció en mi casa con una pizza en las manos, siempre hacia eso.
>> Recuerdo que me preguntó que a qué se debía mi felicidad, le conté con cada detalle; su reacción no fue la que esperaba. Siempre imaginé que cuando le contara que estaba enamorada de alguien, brindaría conmigo y me desearía felicidad y juraría que si me lastimabas te mataría; pero no fue así, en el momento en que le conté todo, se paró de la cama soltando todo lo que tenía en su regazo, su rostro estaba descompuesto y sus ojos nadaban entre la ira y el dolor.
Flash back
-¿Es que acaso no lo vez Thalia? - Kin gritaba fuera de sí, caminaba dando vueltas en la habitación con sus manos vueltas puños. - ¿Que más tengo que hacer para que te percates, Thalia?
- Pero de que hablas Kin, ¿No estás feliz por mi?. ¿De que al final pueda ser feliz?
Sus ojos se clavan en los míos y una única y solitaria lágrima resbala por su mejilla.

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Mundos Oscuros [Editando]
Teen FictionIsabella Fernández ha construido muros altos y gruesos alrededor de su corazón, levantados por la traición de su padre y la pérdida de su madre. Aunque vive en la vibrante ciudad de Los Ángeles y asiste a una prestigiosa universidad, se siente atrap...