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La llamada de Steven y Sofía duro tanto tiempo que cuando menos acordaron ya eran altas horas y el sol se había ocultado.

- Ay Steven me siento plena hablando contigo - suelta un sonoro suspiro que es escuchado por la otra parte de la línea.

- Oh Sofía por mi es un places seguir escuchando tu encantadora voz.

Al escuchar eso Sofía se sonroja, y queda muda.

Tapándose el rostro a sabiendas que el contrario no la verá solo le dice - Steven no digas tonterías.

- No son tonterías, me encantaría ver la reacción que tuviste cuando te lo he dicho.

- Que dices, si me vieras te teorías de mi cara por lo patética que me decía de ver.

- No deberías de decir eso.

- Claro que sí - hace un pequeño silencio y continua hablando - solo imaginan sonrojada hasta las orejas, mis ojos brillosos y tapándome la cara como adolecentes hormonal.

- No importa querida Sofía todo lo que tu bello rostro aga hace que mi mente solo imaginé tus facciones y con estás detalladas explicaciones se me acelera el corazón.

Sofía soltó un suspiro, como es que puede ser tan enamoradisa, se sorprende de ella misma.

- Sofía estás ahí?.

- Si.

- Verás me gustaría invitarte un día de estos a salir no se si quisieras. No sé tomarnos un café o algo.

- Está bien solo, solo dime el día y la hora.

-Te párese mañana a la 4:00 saliendo de mi trabajo paso por ti.

- Me parece bien, sabes mi dirección?

- Si, claro que la tengo.

- Nos vemos mañana.

- Si asta mañana descansa.

- Igual.

Sofía con sonrojo en sus mejillas, con el teléfono sostenido por sus manos cerca de su pecho aún sigue recargada en la puerta con dos pares de ojos observandole.

- Hermanita me podrías decir el motivo de tu felicidad - mueve las cejas de manera pícara Rafael.

- Ya Rafael no te he dicho nada respeto a tu novio así que a mí déjame en paz ok.

- Uh hermana cuando te volviste tan amargada.

- En el momento en que abro esa puerta y mire a alguien tan desagradable.

- Sofía no te expreses tan fuerte de él.

- Y como quieres que lo haga, que lo abraza y aplauda por todas sus aberraciones contra mi, no, lo siento, pero no.

Sofía con su dignidad y valor de mujer adquirido se va a lo que era su habitación antes de que Ezequiel la llevase a ese lugar.

*****

Al día siguiente Steven se encontraba muy ansioso, se podría decir que nervioso ante su cita con Sofía.

Está tan sumido en sus pensamientos que no se percata de que alguien está en la puerta.

- Steven - escucha que alguien le llama.

Dando un pequeño salto en su lugar por la impresión voltea y se da cuenta de quien es - Oh, hola Ernesto que tal tu vida con tu novia.

- De mal en peor, no se cómo demonios se enteró de lo que hable con mi padre y quiere que le pele con Sofía por este despacho y por la empresa que era de mi padre.

- Sabías que este dia llegaría.

- Y que lo digas Steven, cuando ya estaba a punto de decirle a Rosa que la dejaría y que se fuera por dónde vino me dijo que estaba embarazada - toma su cabello en señal de frustración.

- No quería decírtelo amigo, pero te lo dije.

- Ya se no me lo recuerdes.

- Pero a todo esto ya has firmado los papeles del divorcio, porque Sofía ya me comentó que los quería firmados y creo que solo por no ser cruel contigo te daría trabajo.

- Encerio, crees que me deje en mi puesto - menciona con un poco de brillo en los ojos.

- Sigue soñando hermano, sigue soñando. - le da unos pequeños golpes en su hombro en señal de apatía - crea que después de todo te deje como socio, talvez te deje como secretario o peor aún como intendente, pero no te confíes, ella es una persona muy astuta y es probable que me diga eso solo para emocionarte así como lo hiciste aquella ves.

Soltó un sonoro suspiro - Si lo recuerdo aquella vez que le dije que llegaría temprano que se arreglará, que la llevaría a cenar. - silencio total - Sabes aún recuerdo que cuando llegue a las 3 AM estaba ella acostada en el sofá de la sala con un bello vestido de rojo, un rojo que me encanta, aquel color el cual me preguntó si era mi favorito y yo dije si, recuerdo que su rostro estaba maquillado y en el sabes lo que me encontré.

- No amigo ¿Que encontraste en su rostro?.

- Encontré rastros de lágrimas, lágrimas que corrían desde su lagrimal hasta su barbilla mojando sus mejillas y en esa vez me arrepentir de haber hecho caso a Rosa y no hablarle, sabes le halla evitado tanto a esa pequeña flor tanto dolor si la hubiera respetado y ahora sabes de otra cosa que me di cuenta.

- Haber de que te diste cuenta - menciona un poco aburrido Steven y girando los ojos por como se está comportando su amigo ya la perdió que se resigne por estúpido.

Soltó una pequeña risilla y vio a su amigo con los ojos un poco acuosos y con una pequeña sonrisa rota - Me enamore hermano, caí ante sus pequeños encantos sin darme cuenta y sabes lo pero me di cuenta cuando ella dejo de prestarme atención, cuando dejo de haceme mi merienda, mira ella no sabía cocinar cuando nos casamos y aprendió a cocinar el día que cortaré a la que hace la comida me enteré cuando las escuche hablando de ello, pero que se ganó de mi humillaciones, desilusiones, tristezas, insultos, yo y nadie más que yo rompí a esa bella mujer con corazón de oro y belleza incondicional.

- Si hermano, pero ya es tarde para que te arrepientas, la cagaste muy feo amigo, la cagaste en grande porque no solo ganaste sus lágrimas, sino también su odio, repudio y rencor.

- No ella no es así, el poco tiempo que hable con ella me demostró ser una persona noble sabes - suelta un suspiro y continua - a pesar de todo esto ella es una persona que no guarda rencor y si por alguna cosa se lo pasa la palabra venganza su corazón y si razón la hacen desistir porque ella no es así.

- Estas en lo correcto - Fija si vista en el reloj u ve que solo faltan algunos minutos pasa ir a recoger a Sofía.

- Bueno amigo tengo que salir.

- Uy con una chica.

- Se podrá desir que si - menciona sonriendo.

Pero está sonrisa se va cuando se escucha decir su nombre - Steven -

Doloroso amor llDonde viven las historias. Descúbrelo ahora