Capítulo 10.

634 74 36
                                    

"A veces siento el dolor de un pasado que quiere que le grite, estoy de hecho de historias, pero de historias que no se repiten."


Catorce días más tardes.

Louis estaba sentado en un sofá individual que se encontraba junto a unos de los ventanales que acompañaban en la decoración de la amplia cocina. Su cuerpo recibía el calor acogedor de un manto de felpa que ocupaba también por las noches frías cercanas a Bentley.

No iba a ser un mentiroso nato, luego de la decisión difícil que había tomado; quedarse en aquella reserva junto al extraño de Harry, las cosas no fueron del todo fáciles. A pesar de que el ojiverde podía demostrar mucha autoridad y determinación, desde que Louis había elegido salvar el culo de él y todo su alrededor, ambos se limitaban solo a un vago saludo mañanero o nocturno, el almuerzo era un tema: Harry traía verduras del huerto que habían en el patio trasero y preparaba una sopa del asco que Louis odiaba con todas sus fuerzas.

En las demás horas de alimento, desayuno, cena, etcétera, Louis tenía que armársela en la soledad. Harry salía hacia el alto de los cerros que se encontraban detrás de la casona en dónde se guardaban y volvía por la noche o la hora de almuerzo con la leña para la estufa.

Ni hablar como era la hora de dormir, para la suerte de Louis la casona era enorme, lo que le proporcionaba un cuarto individual para él en dónde pasaba frío como el infierno, lo que justificaba el hecho de que se levantara pasado las once de la mañana. Harry no se molestaba por eso, cuando Louis aparecía con cara de muerto en la cocina, el ojiverde se limitaba a decirle que había agua hervida para que se prepare desayuno y así luego él partía.

Louis sorbeto un poco más el mate cálido que estaba disfrutando, eran pasadas las cuatro de la tarde y luego del almuerzo decidió disfrutar de la poca alentadora vista. La ventana daba hacia el patio trasero de la casona, habían diferentes árboles con distintas formas y texturas. Siempre fue un cobarde con el frío así que nunca se animo –dentro de los días que ya llevaba allí— a salir a apreciarlos.

Luego de la llamada que había tenido con Danielle y Alexander, seis días más tardes Harry realizó la llamada por él para comunicarles que estaban bien y que debían esperar un poco más. Louis resignado no pudo hacer más que mantenerse en silencio.

Extrañaba a Danielle

También extrañaba a sus padres. Podía ver por las noches antes de cerrar sus ojos, el rostro de esperanza de su padre esperando a por él con el fin de ir por fin a la pesca. Pero asumía que esto lo hacía por ellos, no sabía que sentir respecto a Ashton, quién era a sangre fría el responsable de todo esto, pero algo en su corazón le impedía poder pensar así.

El ojizafiro terminó sus pensamientos reflexivos cuando notó que por la puerta trasera de la cocina la figura de Harry aparecía. Era poco usual, Harry no aparecía por esas horas en la casona. Sus ojos escanearon la figura del ojiverde, éste venía con su cabello mojado y su ropa bastante sucia, en sus manos cargaba unos cuantos leños.

—Ajam –articuló Louis desde el sofá-, ¿Te sucedió algo? –Harry soltó los leños y el sonido del estruendo contra la baldosa hizo saltar al ojiazul-

—Unos sujetos parecieron encontrar la mina de oro, tuve que pirar –Respondió sin alzar la mirada, se dirigió al lavador y allí lavo sus manos- ¿quedó sopa? –preguntó-

—Uh, sí, sí quedó –contestó Louis, observó cada pasó que el más alto dio. Harry encendió la encimera y calentó la sopa que quedaba-

—Viene una tormenta –pronunció aún dándole la espalda a Louis- Vamos a quedarnos sin luz –

Red string fate «ls»Where stories live. Discover now