ADICTIVO ... 2 ✔

CAPÍTULO 8: "VISITANDO EL DORMITORIO DE ALGUIEN"

Como dos cuchillas de hielo congeladas, las pupilas oscuras de Bai Luoyin rasparon implacablemente el corazón de Gu Hai.

"¿Me llamaste aquí y dijiste todas estas tonterías solo para que pueda escuchar esa última oración?"

Gu Hai sonreía hipócritamente mientras miraba a Bai Luoyin, "Todavía me conoces tan bien."

"Eso es porque eres una cebolla".

Algo curioso, Gu Hai entrecerró los ojos "¿Qué quieres decir?"

"Te envolviste debajo de una capa tan gruesa de maldad solo para evitar que la gente no pueda profundizar en el secreto que hay en tu corazón. Pero después de contener minuciosamente las lágrimas y comenzar a pelar las capas una por una, finalmente descubren que esta cebolla simplemente no tiene corazón".

En lugar de verse envuelto en ira, Gu Hai se rió, "No tener corazón es mejor que tener un corazón podrido".

Respirando profundamente, Bai Luoyin exclamó: "¡Gu Zong, déjame invitarte a una comida!"

"Bai Shouzhang, esto es demasiado vergonzoso".

Manteniendo sus ojos en él, Bai Luoyin utilizó un discurso cortés. "El que debería estar avergonzado soy yo. Has demostrado tanta sinceridad al querer colaborar con nosotros, pero he desacreditado tu reputación. Deja que esta comida sea una disculpa de mi parte. Espero que Gu Zong no tome esto en serio."

¡Bueno!

"Esta oración erradicó por completo la intención de Gu Hai de colaborar"

No solo Gu Hai no se volvió hostil, sino que incluso se rió con bastante optimismo al colocar naturalmente su mano sobre el hombro de Bai Luoyin.

"Una vez que un hombre y una mujer se convierten en marido y mujer, incluso por una sola noche, el amor perdurará durante cien días.  Siendo algo tan trivial, no lo tomaré a mal".

Bai Luoyin sintió la fuerza en la mano de Gu Hai tan pesada como el plomo, ya que presionó fuertemente sobre su hombro. Lo mantuvo presionado hasta el punto de que simplemente no podía encontrar su centro de gravedad.

Cuando llegaron al restaurante y el camarero le entregó amablemente el menú, Bai Luoyin se lo pasó directamente a Gu Hai.

"No hay necesidad de ser tan educado, ordena lo que quieras".

Al escuchar eso, un tono especialmente untuoso se refugió en el tono de Gu Hai mientras hablaba: "¡Entonces, debería pedir algo de comida casera!"

"¡Por favor no lo hagas!" Bai Luoyin dijo magnánimamente: "No hay necesidad de comer comida casera. Tu propia habilidad para cocinar no es muy diferente de la del chef aquí.  Es mejor pedir la comida que no comes regularmente."

"Entonces, lo siento de antemano por molestarte".

Habiendo dicho esas palabras, Gu Hai ordenó más de diez platos famosos de una sola vez.  Además, ordenó dos porciones de cada plato. Una vez que se hizo el pedido, se dio cuenta rápidamente de que algo provocó una expresión arrepentida que se deslizó lánguidamente por su rostro, "¡Mierda! Lo confundí con un puesto de desayuno y pensé que los dos todavía teníamos el mismo apetito que antes. No importa lo que comíamos, se duplicaría. ¿Qué tal si llamo al camarero para cancelar algunas de las órdenes repetidas?"

Aunque Bai Luoyin sonrió, simplemente dijo: "No hay necesidad de hacer eso" mentalmente, realmente quería regañarlo y maldecirlo.

¡Gu Hai, bastardo! ¡Sé que estás haciendo esto a propósito!