13:00 de la tarde.
Ya todos se habían ido, dejándole a Mateo la casa echa pija como siempre.
Miró por quinta vez la sala, vasos tirados por todos lados, globos, botellas de fernet y coca nunca podían faltar.
El no podía limpiar todo eso solo, se cansaría al instante.
Así que llamo a Manuel, los demás no podían, de seguro estaban durmiendo.
La voz de Manuel se hizo presente a través del celular.
-¿hola?-Mateo sonrió al escuchar la apagada voz de su amigo.
-Manu, ¿podes venir? Es urgente-no era urgente, pero odiaba limpiar toda una casa solo.
-si si, ya voy-la voz de Iara se podía oír de fondo, diciendo con quien hablaba Manuel.
Fuah, esa piba si que rompía las pelotas.
-Bueno, te espero-Mateo corto la llamada, suspiro, una sonrisa se plasmó en su cara.
Unas horas con Manuel no le vendrían mal.
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Solo pasaron unos minutos y la puerta sonó, ya era muy obvio quien era el que tocaba.
Mateo se estiró y fue a abrir la puerta sin ganas, no había dormido en todo el día.
Y ahí estaba, Manuel con su sonrisa que solo él podía hacer.
—¿que necesitabas?—dijo mientras observaba toda la casa desordenada.—ah, ya se para que—dijo refiriéndose a todo lo que veía por la casa.—¿no podes hacerlo vos?—
—no, vos sabes que no soy de ordenar mi casa—y era verdad, apenas podía levantar algo del piso.
Manuel agarró una escoba que estaba en un rincón y se la dio a Mateo.
—toma, vos no te vas a quedar cruzado de brazos eh—dijo mientras comenzaba a juntar las cosas de la mesa,vasos, comida entre otras cosas que quedaron ahí.
Mateo miró la escoba entre sus manos, comenzó a barrer sin ganas, juntando todo lo que estaba en el piso.
Mateo miró como Manuel hacia todo con ganas, con su sonrisa, ¿como no le aburría todo esto? El ni llevaba diez minutos limpiando y estaba más cansado que antes.
—¿te vas a quedar ahí parado o vas a barrer como debe ser?dale salame, no es tan difícil—amaba enojar de esa manera a Manuel.
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Ya habían terminado, Mateo estaba sentado en la mesada de la cocina, mirando a Manuel que tomaba su chocolatada.
—Manu.—al tener la atención de él de pelo largo siguió.—¿podes venir? Necesito hablar con vos—
Mateo bajo su mirada al ver como Manuel se acercaba a él y quedaba en frente de él.
—no te vayas a reír ah—miró los ojos marrones de su amigo y dudo un poco en hacer lo que estaba por hacer, pero sabía que la iba a cagar.
¿Se van a dar chape foerte?dea