Babel

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"Un día se dijeron unos a otros: «Vamos a hacer ladrillos, y a cocerlos al fuego». Fue así como usaron ladrillos en vez de piedras, y asfalto en vez de mezcla. Luego dijeron: «Construyamos una ciudad con una torre que llegue hasta el cielo. De ese modo nos haremos famosos y evitaremos ser dispersados por toda la tierra». Pero el Señor bajó para observar la ciudad y la torre que los hombres estaban construyendo, y se dijo: «Todos forman un solo pueblo y hablan un solo idioma; esto es solo el comienzo de sus obras, y todo lo que se propongan lo podrán lograr.
‭‭
Génesis‬ ‭11:3-6


Luego del diluvio, la Biblia relata la construcción de la torre de Babel. La cual no tiene en sí nada de malo, el problema radica en la intención que había tras esa edificación.

En la actualidad se construyen altos edificios debido al crecimiento acelerado de la población y la falta de espacio hacia dónde expandirse. Es decir, hoy día este tipo de construcción es una necesidad.

¿Cuál era la necesidad del pueblo en ese entonces de construir dicha torre cuando el mandato del Señor fue poblar la tierra y multiplicarse?

¿Cuál era la necesidad del pueblo en ese entonces de construir dicha torre cuando el mandato del Señor fue poblar la tierra y multiplicarse?

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La respuesta es sencilla, por orgullo, egoísmo, arrogancia, rebeldía, por el "yo". No hay peor enemigo que tú mismo. El creer que podemos hacer las cosas por nuestras propias fuerzas, el pensar que esforzarnos y trabajar duro por algo indica que ese "algo" viene de Dios.

Cuando alguien nos dice que no podemos hacer algo, arde en nuestro interior el deseo de hacerlo, por el simple hecho de demostrarle a esa persona que se equivocó, que si podemos. Y quizá nos salga bien, y seamos buenos en ello. Pero eso no significa que sea el camino que debamos recorrer, el hacerlo y que salga bien no denota ser lo que Dios diseñó para ti.

También se suele actuar por competencia o envidia.
Si a un amigo le va bien en un proyecto o negocio queremos iniciar el mismo proyecto o negocio porque entendemos que podemos superarlo. Que lo haríamos mejor que él. Siendo esto un pensar erróneo ya que no es a esto que Dios nos llama.

El Señor conoce los materiales exactos para llevar a cabo nuestra edificación

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El Señor conoce los materiales exactos para llevar a cabo nuestra edificación. Queremos ayudar a Dios, pero Él no necesita nuestra ayuda. Lo que necesita es que nos dejemos guiar. No cometas el error de colocar un ladrillo donde Dios diseñó que va una piedra porque solo Él conoce lo que vendrá a tu vida y las cosas que tendrás que enfrentar. El Señor sabe cuál material colocar para evitar tu derrumbe.

Dios examina la intención de nuestro corazón, como también sabe cuando nos aferramos a algo o a alguien que a largo plazo puede hacernos daño

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Dios examina la intención de nuestro corazón, como también sabe cuando nos aferramos a algo o a alguien que a largo plazo puede hacernos daño. Pero nuestro enfoque en llevar un proyecto de vida sin Dios es tanto, que lo ignoramos. Y es aquí cuando el Señor desciende y distorsiona nuestros planes, Él en su inmenso amor vela por lo que hacemos y en el momento que nos salimos de su diseño original, su infinita misericordia nos redirige.

 Y es aquí cuando el Señor desciende y distorsiona nuestros planes, Él en su inmenso amor vela por lo que hacemos y en el momento que nos salimos de su diseño original, su infinita misericordia nos redirige

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En la torre de Babel la construcción fluía porque todos hablaban un mismo idioma, se entendían y trabajaban en equipo. Así debe ser nuestra relación con Dios, un trabajo en equipo, un mismo fluir, un mismo idioma, una misma sintonía con Él.

Esto solo se logra abandonando nuestra torre de Babel y edificando nuestra vida en la verdad de Cristo.

Para la hora del café: Analizar si estoy edificando una torre de Babel en mi relación con Dios o con algún ser querido. Preguntarme si lo que mueve mis acciones es el orgullo o el amor.

Oración: Señor y Padre bueno, no quiero en mi vida nada que no sea puesto por ti. Construye en mí tu propósito. Sé el alfarero de mi corazón. Derrumba lo que no sea de tu agrado y reconstruye lo que tengo olvidado. Deseo ser tu obra perfecta. En el nombre de Jesús, amén.

 En el nombre de Jesús, amén

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Dulce caféDonde viven las historias. Descúbrelo ahora