Reír

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"Sara dijo entonces: Dios me ha hecho reír, y todos los que se enteren de que he tenido un hijo se reirán conmigo."
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Génesis‬ ‭21:6

Dios llama, Dios promete, confías en Él

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Dios llama, Dios promete, confías en Él.
Pero... ¿Qué sucede cuando todo a tu alrededor es contrario a lo que Dios dijo de ti? Cuando te sientes a un lado, cuando las cosas van de mal en peor. La promesa de Dios a tu vida cada día se ve mas imposible.

Estás sin empleo y no puedes pagar tus estudios, tienes a tú madre enferma, estás en un proceso de depresión, de soledad. Tus pensamientos negativos no te dejan en paz. Te miras al espejo y no te gusta lo que ves. Estás en  un yugo desigual, oras y piensas que Dios no te escucha porque tu situación solo empeora más y más. Has pensado en el suicidio, porque te sientes una persona más del montón, que solo ocupas un espacio, que las personas que te rodean no te valoran.  Las relaciones en las que has estado solo te buscan por un beneficio propio y cuando ya no les sirves te ponen a un lado.

Abres tu Biblia y lees sobre un Dios dueño del oro y la plata. Un Dios que sana y restaura. Lees sobre alguien que no ves en tu vida.

Al leer la palabra de Dios solemos pensar que las promesas ahí plasmadas, el Señor solo las realizó en ese tiempo y que en nuestra actualidad eso no sucederá. Es importante cambiar esa visión al momento de leerla, ya que la palabra de Dios se renueva cada día, es una palabra viva.

La Biblia relata que Sara era una mujer estéril y hace hincapié en esto varias veces cuando se refiere a ella en el Génesis. Ser estéril en ese tiempo era una deshora y motivo vergüenza para las mujeres. Imagino que Sara se sentía muy triste por no poder darle un hijo a su esposo Abraham. Si existiera la posibilidad de sentarte a tomar un café con Sara y contarle tus tristezas estoy segura que ella te entendería a la perfección, Sara tenía años esperando una promesa que no veía.

Para recibir las promesas que Dios tiene para nosotros tenemos que estar alineados a su voluntad y esto lleva un proceso, debemos ser procesados para poder recibir lo que el Señor tiene para nosotros, porque solo así le daremos el valor que en ver...

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Para recibir las promesas que Dios tiene para nosotros tenemos que estar alineados a su voluntad y esto lleva un proceso, debemos ser procesados para poder recibir lo que el Señor tiene para nosotros, porque solo así le daremos el valor que en verdad tiene. Si todo lo que le pedimos a Dios lo recibimos de forma instantánea no le daríamos ninguna importancia... total le vuelvo a pedir algo más y me lo dará.

Las bendiciones del Padre son aún más profundas que eso, las bendiciones de Dios son a un mas perfectas que tus peticiones. Porque Dios no solo te bendice, sino que te lleva a una transformación.

Y si, ser transformados duele. Pero si Dios no se olvidó de la promesa que le hizo a Sara, tampoco se olvidará de la promesa que te hizo a ti.

El Señor siempre está contigo y quiere lo mejor para ti. Debemos aprender a fijar nuestra mirada en la bendición que ya Dios destinó para nosotros y no en el proceso que estamos pasando.

El Todopoderoso se ocupará de ti, de tus tristezas, de tus dolores. Solo necesitas un cambio de enfoque. A mayor tormenta, más brillantes son los rayos del sol. A mayor proceso, mayor bendición.

No llores por lo que estás pasando. Ríe por la bendición que ese proceso está provocando. En la prueba ríe, porque Dios te bendecirá. Ríe porque el Señor está contigo.

Pido a Dios por ti que te sientes en soledad, para que experimentes el abrazo del Padre en tu situación. Para que Él cambie esas lágrimas en sonrisas.




Para la hora del café: Buscar citas bíblicas sobre las promesas de Dios. Anotar y memorizar las que se asemejen mi situación, orar en base a ellas y cuando venga la tristeza, decirlas en voz alta.

Oración: Señor y Padre bueno. Sé que tienes planes para mí. Sé que ves mi situación, pero me siento solo/a. Sé que quieres sacar lo mejor de mí y que todo esto es necesario para mí crecimiento. Te pido, Señor que me ayudes a ver tu mano santa en cada día de mi vida. A sentir tu presencia en medio de mi tormenta. Padre, en este momento pido tu compañía, pido tu mano amiga para seguir adelante. En el nombre de Jesús, amén.

 En el nombre de Jesús, amén

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Dulce caféDonde viven las historias. Descúbrelo ahora