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La pequeña niña corría por el balcón de su habitación mientras jugaba con su mejor amiga a la mancha.

—Minatozaki Sana. Ya te dije, no corran por el balcón, es peligroso, no estamos muy alto, pero no quiero que pases un mal momento.— Habló la madre de la niña.

—Pero mamá, es divertido.— a los 6 años uno no piensa muy bien en las cosas que hace, todo es diversión. La menor comenzó a saltar. Mientras que su madre se retiraba negando, esas niñas no hacían caso.

Se escuchó un grito de Harai Momo, la mejor amiga de Minatozaki.

La mujer fue corriendo a ver qué sucedía.

Su pequeña niña cayó del balcón y sintió como su corazón dejaba de latir.
Gritó, y le dio su celular a Harai para llame a la ambulancia explicando la situación.
Bajó las escaleras a toda velocidad.
La abrazó con muchas fuerzas mientras que suplicaba que esté bien.

El lugar no era muy alto pero para una niña tan pequeña podría ser algo grave.

La niña no respondía, tenía sus ojos cerrados.

La llevaron directo al hospital.

La pequeña despertó, todo estaba bien. Bueno no del todo.
Lamentablemente sufrió fracturas en sus dos piernas, lo que le impedía caminar. Se mejoraría, sí. Pero por ahora debía permanecer en el hospital.

Sana era tan inquieta,que al día siguiente ya estaba dándose un recorrido por todo el hospital con sus muletas..

Hasta que chocó con una nena, y cayó.

—Podrías ver más y ser más atenta. Mis piernas están mal y no puedo caminar, no es bueno caerme en estos momentos.— Dijo Minatozaki levantándose del suelo.

—Lo siento yo... Yo no puedo ver.

Bonitos Ojos || SaidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora