Capitulo 14

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Gritos, gritos y más gritos provenían desde el pasillo. Solo una persona hueca e inconsciente como esa chica, la tal Michelle podía hacerlo en un día a las 6:02 am.

-¿Qué pasa? -Salí de mi habitación hacia el gran pasillo largo del segundo nivel en mi casa. Ella estaba en el piso con las manos en su cabeza. No podía ver su rostro pero sabía que lloraba. Mire la puerta abierta, la habitación de nana estaba abierta y Michelle a fuera de ella.

-¿Qué pasa Michelle? -me hinque a un lado de ella.

-Ella... ella... Dios mío es lo peor que he visto en mi vida, Selena no me dejes. -Michelle me tomo por los hombros y me abrazó.

-Pero ¿de qué hablas?

Michelle miraba hacia dentro de la habitación asustada y se abrazaba mas a mi cuerpo, como temiendo de algo que había en la habitación de nana, me pare de su lado y camine hacia la habitación. Estaba oscura y había un mal olor, un olor peculiar, era sangre.

-Nana. -susurre despacio, pero nadie respondió.

No quería prender la luz, pero debía hacerlo.Había un mar de sangre alrededor de su cuerpo boca abajo en la cama.Mis piernas temblaron, no sabía si ir y tocarla o gritar como loca para pedir ayuda.Me decidí por lo primero, camine con preocupación para no caer de rodillas, toque su cuerpo frio y blanco, mas blanco de lo normal, di vuelta su cuerpo de a poco. Sus ojos estaban abiertos y oscuros, su cuello repleto de sangre y un papel en su mano. Lentamente tome su papel y lo abrí con mis manos temblando, en letras grandes decía: ''AHORA TE TOCA A TI''. Tire el papel, corrí directamente hacia fuera, cerré la puerta. Michelle yacía en shock mirándome. Todavía no lo podía creer, si era una pesadilla quería despertar de una maldita vez. Pero ese olor tan familiar no podía ser un sueño, ni tampoco su cuerpo frío, ni mis manos llenas de sangre.

-Ella murió. -Michelle llego a mi lado y me tomo el hombro.

No sabía quién temblaba más ella o yo. Pero lo único que sabía que ahora venia por mí, que esa maldita amenaza se iba a volver realidad. Justin y papá venían corriendo dando la vuelta hacia nosotras. Sus rostros eran confusos al encontrarnos a Michelle y a mí temblando con temor.

 Guardaespalda -EDITANDO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora