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#HalBru                        #BruHal                        #BatLantern


"Nuestra historia comenzó sin siquiera saberlo. Porque un alfa como tú, en nada tendría que fijarse en un omega como yo, pero el destino caprichoso, nos hizo estar justo en el lugar y el momento indicado. Hoy, agradezco que fuera así."


Era así como comenzaba el diario de aquel castaño omega, uno que había decidido escribir para saber que siempre que lo deseará, podría volver a leerlo y traer a su ya cansada mente, aquellos hechos y momentos que fueron tan importantes para su vida y que marcaron el camino de felicidad que durante décadas había disfrutado. Felicidad junto al alfa que hizo de su vida, un bello cuento. Quizá no uno de hadas, porque eso será muy cursi, pero si un cuento hermoso donde obtuvo la familia que tanto se negaba a tener pero que en el fondo, su parte omega, siempre había deseado.


Porque en su niñez le habían inculcado que los omegas solo servían para procrear, para preservar la especie y dar a los alfas, cachorros sanos y fuertes; pero... ¿Dónde quedaba el cómo ser humano? ¿Acaso su casta debía definir su vida así de simple? ¿Qué había de sus aspiraciones, de sus sueños, de sus deseos y metas? Nada. Esa fue la respuesta de todo el mundo y cansado de escucharlo, renuente a ese destino tan estúpido es que hizo todo lo que estuviera a su alcance para no ceder, para ser más, para ser y vivir como Hal Jordan, no como el omega que el mundo decía que debía ser.


Esa decisión a la temprana y rebelde edad de 16 años, lo llevó a embarcarse en una vida llena de obstáculos, donde nadó contra corriente, la vida que le llevó a conocer el mundo y al alfa que sería el padre de sus cachorros; pero eso sería mucho después. Hal Jordan, nunca fue el típico omega que todo mundo estaba acostumbrado a ver. A simple vista, cualquiera lo confundía con un alfa pues su físico, su carácter y su complexión eran muy similares a los de esa casta; en algunos casos, incluso era más parecido a un alfa que muchos que si lo eran, ejemplo claro de eso, su amigo Tom Kalmaku.


Jordan, hizo todo para ser siempre reconocido por el mismo y aunque se supone que el mundo tenía igualdad de castas, la verdad es que cuando se enteraban que era un omega, la mayoría de las personas cambiaban su trato para con él. Era ahí cuando explotaba y mandaba a todo el mundo al carajo, dejándoles en claro que en nada era un omega débil y sumiso al que cualquier alfa salido de la nada, se le iba a imponer, mucho menos que necesitara de cuidados especiales. Para demostrar su punto, se integró al equipo de football, dejando en vergüenza a muchos alfas pues su posición como ala cerrada, le permitía tanto salir disparado para recibir un pase y hacer un touchdown, como parar en seco, soportando el peso y fuerza de cualquier linebacker en la línea de golpeo.


Tras tres años de demostrar en la cancha que no era débil ni delicado, su nombre poco a poco fue asociado a las muchas virtudes y cualidades que tenía, dejando de lado el tema de que fuera un omega; aun así, no falto el tipo que se quiso pasar de listo en su último año escolar. Por lo que dejarlo mal herido y a un paso del coma en las regaderas, donde el muy tonto creyó que podría someterlo, hizo que fuera aún más respetado y tratado como si fuera un alfa.


Al terminar la preparatoria, había pensado en ser jugador profesional pero las grandes ligas no querían a un omega entre sus estrellas alfas, por lo que descartó de inmediato esa posibilidad y es así, como al ser bueno en el deporte, había logrado obtener una beca para escuela militar, siendo de esta manera que se convirtiera en eso que anhelaba y que en algún momento le causo terror. Ser piloto justo como su padre.


Fueron cuatro años intensos, donde siguió demostrando que su casta no le definía ni le impedía ser lo que quisiera. Se volvió parte importante de la escuela pues al ser buen jugador, los partidos semi profesionales que se jugaban, atraían demasiado la atención para la escuela. Un omega jugando contra alfas y sobre sobresaliendo ante ellos, era buena publicidad que el gobierno no estaba dispuesto a perder; sin contar que como estudiante, el castaño era un destacado. Su meta de ser piloto de las fuerzas aéreas del país no se veía tan lejano.


Para cuando el tercer hijo de los Jordan se graduó, lo hizo con honores y una oferta de trabajo en el ejército, lo cual fue un logro más en su haber. Al ser oficialmente parte de las fuerzas aéreas, el control de su celo era ahora cuidado por los médicos militares, quienes le proporcionaban supresores de aroma tan fuertes, que el mundo creyó que se trataba de un beta por no tener aroma. Todos creían que el renegaba de su casta y por eso había hecho todo eso, pero no podían estar más lejos de la verdad.


Hal Jordan, jamás negaba que era un omega, simplemente declaraba que renegaba de la vida sumisa y miserable que la sociedad, les daba a los de su casta. Para el momento en que Hal se graduó, inició su trabajo para el ejército; siendo activo en todos los conflictos bélicos por los que su nación atravesaba. Ganando el cariño de sus compañeros, el respeto de los altos mandos, condecoraciones por sus heroicos actos y por último, una tediosa fila de pretendientes alfas que solo lo veían como un trofeo. Como el omega que les daría cachorros fuertes y sanos, como alguien que podrían presumir al mundo al hacerlo sumiso y porque no, para agrandar su ego.


Grandes y funestas sorpresas se llevaron todos, pues el omega rebelde, como muchos le llamaban; no simplemente los bateaba, en más de una ocasión los dejó en ridículo al solo jugar con ellos pues su naturaleza le pedía, cada determinado tiempo, copular con alguien. Sus celos eran totalmente controlados y reducidos por la ingesta de supresores, pero al menos dos veces al año, se permitía disfrutar de su sexualidad en plenitud.


Siempre escogiendo selectivamente alfas con los que podría pasar su calor, algunas veces disfrutaba de tener a un beta atendiéndolo; pero siempre controlando que no sería marcado, negándole a todo el que había pasado por su cama y entre sus piernas, ese privilegio. Para sus treinta y tres años, regresando de una misión suicida, es que el coronel Harold Jordan, anunciaba su retiro del servicio activo.


Su decisión causó polémica, el ejército lamentaba perder a tan intrépido y tenaz elemento, su escuadrón sentía que perdían una pieza fundamental, la cual los hacia funcionar como un reloj suizo. Sin poder hacer más que agradecer a tan valiente hombre y despedirlo con el honor que merecía, se celebró una fiesta en su honor. Fiesta donde el gobierno aprovecharía para que ricos y poderosos empresarios, interactuaran con miembros de las fuerzas armadas, buscando generar lazos de empatía y así obtener fondos. Y que mejor para lograr eso que un sexy omega, héroe condecorado y carismático piloto, recién dado de baja.

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— ¿Qué haces? –Escucho su voz profunda y ante eso, solo puedo suspirar.


—Escribo mis viejas memorias –volteo a verlo y le sonrió feliz de verlo llegar–; mi memoria ya no es tan buena como antes y temo perder algún momento importante de nuestra vida.



Le expongo mi sentir, dejando que él me vea vulnerable, porque solo ante él puedo ser así. Los años vividos a su lado y nuestro lazo inquebrantable me permiten ser el omega del que siempre renegué, pues mi alfa siempre me había hecho sentir fuerte, independiente y sobretodo, amado. Cierro mi libro y dejo para otro momento el seguir haciendo remembranzas, por ahora, estar con él es más importante.

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Continuara...

Nuestra HistoriaWhere stories live. Discover now