Capítulo Cuatro

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Durante la siguiente semana, no hice nada excepto viajar, tomando coche tras coche hasta que la gasolina se acababa. En algún punto, tendría que averiguar cómo hacer funcionar una bomba de gasolina manualmente. Había probado mi suerte en un par de estaciones, pero sin el ordenador funcionando, permanecieron cerradas.

Mi sistema actual parecía estar funcionando por el momento, de cualquier modo.

No había visto a otra gente desde la desastrosa hora con Namjoon. De hecho estaba orgulloso de ello. Aún no era feliz con lo que había hecho, y lo que había permitido que se me hiciese. Quizás la raza humana estaba condenada si nosotros éramos los únicos ejemplares dejados tras el Apocalipsis.

Ahora que Namjoon me había hablado del helicóptero, mantuve un ojo en los cielos. Pero nunca vi nada excepto los pájaros ocasionales.

En un pueblo llamado Berryville vi un perro, un labrador dorado, que intenté llamar. Sólo parecía adecuado que viajásemos por las carreteras juntos, y la compañía habría sido agradable. Pero me rehuyó, obviamente salido de algún mecanismo de auto defensa. Los zombis no habían atacado sólo a humanos, y los animales habían aprendido a mantener las distancias con los humanos tan bien como lo habíamos hecho nosotros.

Seguimos nuestros caminos por separados, pero creo que estaba más enfadado por ello de lo que lo estaba el perro.

De Berryville a Central Orion, no había nada para ver en las calles de los pueblos o en las carreteras entre ellos. Las señales en la autopista anunciaron que el siguiente pueblo era Drake, y eso hizo saltar un recordatorio en mi cabeza.

Drake. Era donde Jungkook se había mudado.

Jungkook había sido el chico que escapó. El chico del que me había deshecho voluntariamente.

Ya sabes, ¿cuando eres joven y estúpido, y haces algo que lamentarás por el resto de tu vida? ¿Que incluso en tus momentos finales, pensarás: «Desearía haberlo hecho diferente»?

Eso era Jungkook.

Empezamos a salir justo después de que terminara la universidad, y estuvimos juntos tres años. Yo era feliz, él era feliz; y juntos, la vida era buena. ¿Entonces qué provocó que rompiéramos?

Su trabajo fue transferido a Drake. Me pidió que fuera con él, como he dicho, yo era joven y estúpido. Oh, y egoísta. Realmente, realmente egoísta. No quería mudarme de la ciudad a un pequeño pueblo en el campo, incluso si se veía tan encantador como el set de una película. Decorado para parecer la imagen perfecta de un pequeño pueblo en el campo.

Mi mente se extravió a películas de ciencia ficción y cuentos de líneas de tiempo alternativas. Si me hubiese quedado con Jungkook, y mudado a Drake, ¿habría sido el virus algo que jamás habría pasado? ¿Estaríamos tan sólo viviendo nuestras vidas, inconscientes de la catástrofe que habíamos evitado? ¿Sería nuestra relación la mariposa que nunca debió haber sido aplastada bajo el torpe ir del científico viajero en el tiempo?

Deseé que hubiera una dimensión alternativa. Cualquier sitio excepto aquel.

Y entonces fue cuando el karma me pilló bien. El coche empezó a temblar debajo de mí, y se detuvo. No importó cuantas veces giré el encendido o golpeé el volante con los puños por la frustración, el coche permaneció muerto. Tendría que ir a pie a partir de ahí, al menos hasta que encontrase otro coche.

Pero no me gustó el aspecto del cielo oscureciéndose. Quizás sería más seguro encontrar algún lugar donde refugiarme durante la noche.

Un pensamiento efímero sobre Namjoon me atravesó; me pregunté cuánto tiempo me habría dejado quedarme si no hubiese huido mientras estaba durmiendo.

Me enamoré de un zombieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora