#Hasta Que Los Condones Se Acaben {smut} ~

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Capítulo 19

Frank seguía mirándome, esperaba que me lanzara sobre él pero no podía, no de nuevo, mi cuerpo se había congelado con sólo mirarlo en esa posición.

Aún apegado a la puerta, se inclinó un poco para tomar de mi polera negra con franjas rojas, me apegó a él y nos volteó, ahora yo estaba con la espalda pegada a la pared y la boca de Frank respirando sobre la comisura de mis labios, la gotas de sus cabellos caían sobre mi mentón, nuestros labios estaban entre abiertos, sedientos.

Miró mis ojos y me dedicó una sonrisa ladina sazonada con malicia y lujuria, yo lo miraba con mis ojos muy abiertos.

Mi ansiedad me estaba generando nervios y miedo, pero estaba aquí y era lo que quería.

Entonces besó mis labios pausadamente, disfrutando del roce de los movimientos poco coordinados, sus ojos se habían cerrado y aprecié verlo disfrutar tanto tocar mis labios.

Ahora no sabía quién había esperado más.

Se separó sólo unos centímetros y devolvió sus ojos a los míos, volvió a sonreírme.

- Hoy se sienten más suaves - pasó la punta de su lengua por mi labio superior -, y más dulces - me sonrió

- Déjame probar los tuyos - me acerqué para suspirar sobre sus carmesís

Bien Gerard, tienes que empoderarte, volverlo loco, enamorarlo en la primera cogida, TU primera cogida.

¿Cuál es la posibilidad qué salga mal y sea yo el que termine enamorado? Por favor ¡Necesito mi celular y revisar las estadísticas ahora!

Mierda.

En algún momento caminamos besándonos desesperadamente, como si supiéramos el camino de memoria a su cama, aunque la distancia entre la pared y ella era tan corta, los besos y caricias los disfrutaba como si fuesen kilómetros. Cuando las pantorrillas de Frank tocaron la base de su cama lo empujé sobre ella, él me miró sonriendo, sacó su camisa, luego se acomodó con sus codos apoyados en la cama para mirarme. Me observó detenidamente hasta y yo también observé su torso desnudo, lo que mejor se apreciaba era su pecho con esa cadena de plata.

- ¿Me bailaras?

- Creo que te lo debo - le sonreí

- Hazlo - susurró para luego morder su labio inferior

Salma Hayek volvió a apoderarse de mis caderas y como si la música de mi mente estuviera retumbando en las paredes de la habitación comencé a jugar con mi camisa, subiendo y bajándola, dejando ver mis oblicuos con mi delgado y pálido cuerpo. Frank llevó sus manos a su sutil erección sobre su pantalón y comenzó a apretar guiando su mano en el contorno de ésta.

Al verme sacar la camisa él desabrochó de manera fugaz su pantalón, levantó un pocos sus caderas para bajarlos hasta sus rodillas. Su pene se delineaba perfectamente entre la tela negra de su boxer, se veía demasiado apetitoso.

También desabroché mis pantalones y los bajé, saqué mis zapatillas para sacarlos por completo, él me observó y por fin vi un sonrojo en sus mejillas.

¿Ahora tenía vergüenza?

Caminé hasta él, me subí a la cama para luego poner una pierna a cada lado de él, sentándome casi encima de sus rodillas para poder aprovechar su erección.

Él seguía observándome. Una de sus manos fue a mi pecho y paseó la yema de sus dedos por cada parte desnuda, cuello, hombros, pecho y los costados de mi torso. Esto no era como imaginé que sería.

Departamento 504 [×Frerard×]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora