L'opportunité

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Ya era el día, mañana mismo sería el recital, todas las academias de arte estaban a full con sus estudiantes y estos ultimos estaban estresados y con los nervios a tope, en la academia de Taeyong los alumnos corrían de un lado a otro buscando partituras y pianos libres para practicar, mientras que en la academía de Ten se escuchaba todo tipo de música en alto volumen y las salas se empañaban por el sudor de quienes bailaban.

Pero nadie la pasaba peor que Lee Taeyong, quien practicaba día y noche en la misma pieza, en un solo día podía llegar a practicar la misma canción hasta 30 veces seguidas, para agregar, la pieza elegida no era para nada facil, tenía una duración de 7 minutos, en los que no podías desconcentrarte ni un segundo porque perdías el ritmo, por esto Taeyong no dormía y aveces hasta ni comía.

Hora tras hora practicaba lo mismo, sus dedos se movían al compás de la pieza musical y el practicar tanto hacía que sus venas resalten en sus brazos y manos, luego de que terminaba una vez, tomaba un poco de agua y volvía a iniciar, pero cuando sentía que el sueño le ganaba, tomaba pastillas que le daban energías y así era como podía seguir.

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La noche había llegado y ya faltaban solo unas cuantas horas para que comenzara el recital, Chittaphon había salido con Sicheng a comprar su vestuario y luego iría a practicar un poco, aprovechando que con lo tarde que era nadie estaría utilizando las salas de baile.

Por otro lado, Taeyong seguía en el mismo círculo vicioso, pero esta vez ya no tomaba solo agua, el alcohol había aparecido frente suyo y decidió tomarlo para tener un poco más de fuerzas y rapidez.

"Todo en exceso es dañino"

Taeyong había dejado de practicar porque se le había pasado la mano tomando alcohol y sin darse cuenta ya estaba por la quinta botella, todas las demás estaban esparcidas por encima del piano y algunas estaban vacías en el suelo.

El coreano había llegado a un punto en el que no conocía a nadie, ni a si mismo, no sabía qué estaba haciendo, solo sabía que no podía más con la pieza de piano, se seguía equivocando en la misma parte y había llegado a su limite de paciencia, ahí fue cuando había comenzado a abrir botella tras botella de alcohol.

Luego de unas cuantas botellas más, a Lee se le acabó el alcohol en casa y decidió salir en busqueda de más, pero mientras caminaba por las ya oscuras calles de Seúl, se topó con un gran letrero luminoso que llamó su atención, ante sus ojos esos colores eran hermosos.

El lugar era un bar muy conocido por los estudiantes de las distintas academias de arte, que de vez en cuando iban ahí para saciar su sed de alcohol y fiestas, a Taeyong nunca le había llamado la atención, pero con unas cuantas copas de más, pensaba todo lo contrario.





"Hay cosas que el amor no perdona"





Johnny acababa de salir de su última práctica como piano de acompañamiento y se encontraba regresando a su casa, que de echo quedaba a unas cuadras más del bar. Cuando el americano estaba pasando por las calles del lugar, no evitó fijarse en alguien que llevaba una cabellera rubia, una que se le hacía muy conocida, luego de quedarse un rato observando a aquella persona, calló en cuenta de quien era. Lee Taeyong.

El americano iba a pasarse de largo pensando que de seguro su ex amigo había salido por algo, pero no fue hasta que lo vió ingresando al bar que le entró una gran curiosidad por saber que haría en aquel lugar, pensó que probablemente había quedado con Ten para tomar algo y en definitiva Johnny no perdería cualquier oportunidad que se le presentaba para ver al tailandés, así que siguió al rubio hasta dentro del local.

Una vez dentro, vió que Taeyong estaba sentado solo en la larga mesa de tragos, pidiendo otro, también notó que el coreano no estaba sobrio porque frente a él habían ya muchas otras copas vacias.
¿Se le estaba presentando una oportunidad para conquistar a Ten?

Johnny sacó su celular y buscó el número de Yuta, aquel chico que moría por Taeyong, aquel que siempre lo alagaba al término de las clases.

EN EL TELEFONO

--¿Yuta?

--Johnny, ¿y ese milagro que me llamas a estas horas?. Rió.

--Oh nada, solo pensé que esta sería tu oportunidad para conseguir algo de Taeyong.

--¿Taeyong?, no se de que hablas

--No te hagas el loco conmigo Nakamoto, sé perfectamente que te mueres por él desde que inició el año

Hubo una larga pausa al otro lado de la línea, que confirmó lo que acababa de decir Johnny.

--Lo sabía, bueno, solo llamaba para decirte que Taeyong se encuentra en el bar cerca a mi casa y está solo, al parecer está tomando mucho, de seguro terminó con Ten. Johnny sonrió pensando que pronto podría ser verdad.

--Pero, no entiendo, ¿qué se supone que yo haga ahí?, si Taeyong está tomando eso significa que no podrá reconocerme, por lo que no podría pasar nada.

Johnny suspiró y siguió hablando.

--Exacto Yuta, no podrá reconocerte, es por eso mismo que tienes una oportunidad de hacer con él lo que quieras, tómalo o déjalo, igual te enviaré la dirección.

Colgó y sonrió orgulloso de lo que acababa de hacer.

Estaba por arruinar la felicidad completa de Taeyong.

Yuta recibió el mensaje y pensó muy detenidamente si debía ir o no, había entendido lo que Johnny quiso decir y aunque para él no era lo mejor intentar algo con una persona en estado de ebriedad, quería intentarlo, no perdía nada, no se estaba metiendo con alguien con pareja y eso se lo había confirmado el mejor amigo de Taeyong, así que buscó sus prendas más sensuales y se vistió lo más atractivo que pudo.

Cuando llegó al lugar llamó denuevo a Johnny, este sonrió al ver que había logrado su objetivo.

EN EL TELEFONO

--Yuta, me alegro que decidieras venir, estoy en la mesa que está al lado de la puerta, ven y te enseño donde se encuentra Taeyong.

Colgó dejando a Yuta con la palabra en la boca y cuando lo vió entrar se paró sonriente para ir a saludarlo.

--Yuta, ya veo que si viniste, Taeyong se encuentra por allá. Señaló el lugar donde se encontraba el coreano.

--Johnny, ¿estás seguro de que Taeyong terminó con Ten?, no quiero meterme en una relación. Dijo algo inseguro jugando con sus manos y mordiéndose el labio inferior.

--Pero claro, te lo estoy diciendo yo que lo conozco a la perfección, Taeyong me cuenta todo, tu tranquilo. Sonrió y vió como Yuta asentía aliviado, para luego pararse e ir en dirección del rubio.






"Hay cosas que el amor no perdona"






Una vez que llegó, se sentó al lado de Taeyong y suspiró nervioso.

--H-hola Taeyong hyung. Dijo algo sonrojado

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Hello! Ya llegué, espero les esté gustando la historia, gracias por el apoyo y por seguir aquí. L@S QUIERO Y CUÍDENSE 💚💚

Please, give him back to me (TAETEN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora