Vidas.

559 19 2
                                    

JOAQUÍN. 

Mi vida es maravillosa. Tantas cosas increíbles que pase, momentos que nunca olvidaré y personas que siempre amaré. 

Todo este proyecto de Aristemo terminó. Giras, conciertos, firmas, todo fue increíble y agradezco cada segundo de todo, en especial de conocer a personas increíbles. 

Ahora me encontraba más despejado, más libre. Obtuve uno que otro proyecto pero creo que me tomaría unas pequeñas vacaciones. 

Me senté en el sofá con mi celular en la mano y un vaso de agua en la otra. 

Prendí el televisor. En la pantalla Emilio Osorio, mi ex compañero de trabajo, cantaba en un escenario. Estoy tan orgulloso de él. 

Sonreí. Aunque desde hace un tiempo me inquietaba el cambio de actitud de Emi, no fue tan drástico pero sus ánimos decayeron. 

Intenté hablar un par de veces con él, pero como todas las veces, me dijo que se encontraba bien. 

Emilio, ojalá que ahora estés mejor. 

EMILIO. 

Salí del escenario. Cantar una de mis canciones era lo máximo. Mi papá se acercó. 

-Estuvo bien ¿no? - dije. 

-Claro, solo espero que con esto la gente deje de relacionarlos. 

-No importa si me relacionan con Joaco, es una increíble persona. 

Papá me miró duramente, con desaprobación. 

-Te dije que es mejor que brilles por tu propia cuenta. Vamos, vuelve al escenario. 

Casi me empujó a ello. 

Volví y cante otra de mis canciones. 

Al terminar me senté en una de las sillas del público exhausto, mientras recogían algunas cosas para irnos a casa. 

Tome mi celular y abrí Instagram. Sonreí al ver que Bondoni me felicito por el disco. 

Joaquín, es una persona increíble, fantástica. Esa carita linda que tiene hacia sonreír a cualquiera. Mire a mi padre. Él nunca lo permitirá. 

La felicidad que sentí tras el concierto se desvaneció. 

Deseaba ser feliz con la persona que amo. Sin prejuicios, sin temor. 

Desalentado me recline sobre el asiento. ¿Cuánto más durará esto? 

JOAQUÍN. 

Salí a caminar un poco. Es un lindo día como para desperdiciarlo acostado en mi cama. 

Cuánta calma cuando no había presiones, en especial la del productor Osorio. Le agradezco todo lo que me dio pero en el último tiempo cuando los fans comenzaron a shipearnos a nosotros dos su comportamiento fue distinto. Un ligero disgusto por mi. Por lo menos así lo sentí. 

Choque contra alguien haciendo que el café que traía el muchacho se derramará en ambos. 

-Lo siento - dije apenado. 

-Tranquilo - sé limpio con un trapo. - Estaba distraído. 

-Igual yo, perdón. 

Me sonrió de lado a lado. Es lindo debía admitir. 

Nunca negué que me atraían más los hombres que las mujeres solo que es algo que me costaba decir debido a los prejuicios de las personas. 

Su sonrisa me hizo sonreír. Sus ojos son bellos, de un color verde, su cabello negro y oscuro bien peinado, su rostro terso, una sonrisa encantadora y por supuesto un físico admirable. Quizá es unos dos años mayor o tres.

-Permíteme comprarte otro - señale el vaso de café tirado en el asfalto. 

-Esta bien, no te preocupes. 

-Por favor. 

-Porque no mejor vamos a comer algo - señaló un lugar pequeño de comida. - Si no tienes algo que hacer claro. 

-No, vamos. 

No debería salir con alguien que no conozco y menos alguien mayor que yo. 

Entramos al lugar. Nos sentamos junto a una ventana donde el sol no daba. 

-Este es mi lugar favorito para comer - dijo. 

-No lo había visitado. 

-Casi nadie lo conoce pero preparan unos platillos espectaculares. - agarró la cartilla - Por cierto ¿Cómo te llamas? - me miró a los ojos, sin saber porque los desvíe. 

-Joaquín ¿y tú? 

-Joshua un placer. 

-Igualmente, aunque me hubiera gustado conocerte sin tanto café. - él rió. 

-Digo lo mismo. 

-¿Vives aquí? 

-No, bueno sí, me mudé aquí hace un mes. 

-Wow, ¿y dices que este es tu lugar preferido?

-Sí, es que me encanta visitar los locales, de comida, cultura, ya sabes. 

-Entiendo. 

Pedí el mismo platillo que Joshua ya que me lo recomendó. Era una lasaña con una salsa blanca encima con pequeños puntos rojos. Se veía apetitoso. 

-Espero que te guste. 

-Muy posible. 

Probé un bocado. Delicioso. El sabor era exquisito.

Platicamos un poco más sobre nuestras vidas. 

-Vaya, un actor - dijo. -¿Cuántos años tienes? 

-Dieciséis. - casi se ahoga con su bebida. 

-¿Dieciséis? 

-Este año cumplo diecisiete. 

-Pensé que tenías dieciocho. 

-¿Tú cuántos años tienes? 

-Diecinueve. Te ves más grande, quizá por tu buen vestir - señaló. 

-Sí, me gusta mi estilo. 

Pasó el tiempo mientras seguimos platicando. Para mi sorpresa casi no preguntó nada relacionado a la actuación solo hizo preguntas para conocerme mejor. 

-Eres muy agradable - miró su reloj - Rayos, se me hace un poco tarde. - llamó al camarero para pedir la cuenta. 

Después de unos minutos nos la trajeron. Saque mi dinero pero en segundos el colocó todo el costo sobre la mesa. 

-Déjame pagar - dije. 

-No, tienes dieciséis, soy el adulto aquí - sonrió - Mejor nos vemos en otro momento. 

-Claro - sonreí - Gracias por la comida. 

-Descuida. 

Se fue a paso apresurado. 

Es muy lindo.
Demonios, no le pedí alguna red social ni siquiera su número. Soy tan torpe. 

Perfecta Obsesión. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora