Un mundo donde existen muchos prejuicios. Un mundo donde Emilio desea ser libre. Un mundo donde Joaquín solo quiere ser feliz. Un mundo oscuro lleno de monstruos en donde uno en especial los hostigara hasta conseguir su perfecto plan.
-Espera, eso significa que está aquí. Emilio - se levantó corriendo y salió fuera.
Hice lo mismo. Salí detrás de él. Vi a Emilio tirado en el suelo convulsionando.
Joseph corrió hasta él y comenzó a ver sus signos.
-¡Llama a una ambulancia! No respira.
Con las manos temblorosas saque el celular y marqué al número de emergencia.
Les explique todo. Al terminar corrí con Emilio.
-¿Que le sucede? - mi pulso se aceleró más.
-Una sobredosis. Tardarán demasiado.
Después de cinco minutos más largos de mi vida llegó la ambulancia. Mi mamá y Renata salieron al escuchar el ruido.
Agarraron a Emilio y se lo llevaron en una camilla.
-Llamaré a sus padres - comentó mi mamá.
-No - dijo Joseph - Él estará bien. Si lo hacemos será peor para Emilio.
-¿Pero porque?
-Fue una sobredosis. Ayudemoslo de otro modo.
-Quiero ir con él - dije.
-Bien, ponte zapatos, yo lo llevaré - comentó Joseph - También quiero ir a verlo.
Corrí dentro de la casa directo a mi cuarto. En cuanto lo abrí por todas las paredes estaba escrita la palabra; Te amo. En una tinta fluorescente que podía observarse por la oscuridad del cuarto.
Grité a todo pulmón.
-¡Mamá!
El terror, miedo. Volvió a invadirme. Los tres llegaron a mi rescate. Mi mamá me abrazó mientras los otros dos contemplaban el cuarto.
Me llegó otro mensaje.
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……….
S
in importar el miedo que lo invadía decidió estar para Emilio.
Joseph y Joaquín se quedaron en el hospital hasta que Osorio estuvo fuera de peligro.
Cuando los médicos les permitieron pasar Joaquín fue el primero en verlo.
Sujeto su mano con fuerza devastado por ver a Emilio en tal estado. Culpandose de no haber hecho algo antes.
