Quiero respuestas.

57 3 6
                                    

EMILIO. 

Me coloque en el sol para intentar quitarme el frío. Saturno se acercó. 

-¿Con frío? 

-Estoy preparado. -mire mi sombra. 

-Aún no, pero te falta poco. 

-Déjame saber como recuperarlo. 

-Aún no estás listo. 

Mire mis manos. El hilo rojo, podía verlo, era apenas visible. La cuerda daba una vuelta continuando atrás mío. 

-Matalo. Solo así será tuyo, destruye todo, que sea solo tuyo o se irá para siempre y te quedarás solo. 

Mis manos comenzaron a temblar. ¿Quién dijo eso? Mire a Saturno sin embargo sus labios no se movían. 

Me levanté. Necesito pastillas, las necesito. Camine por las celdas viendo todo más borroso. 

-Solo así será tuyo.

Mis piernas flaquearon. Caí al suelo. 

-Quedarás solo de por vida, nadie más va a querer estar contigo, tu libertad se irá, quedarás enjaulado. 

Me levanté, tambaleante llegué a la celda de Frank. 

-Ayudame. 

Antes de caer Frank me sostuvo. Sacó de una bolsa las pastillas blancas y me entregó una. La trage tan pronto me la dio. Un sabor a durazno llegó a mi boca. 

Me sentó sobre la cama. Respire profundo. 

-¿Mejor? 

-Sí, gracias. ¿Por qué saben un poco a dulce? 

-Gustos de la gente, además como dije no son tan fuertes como las que tomabas pero ayudan. ¿Qué pasó? 

-No se que creer - agarré mi cabeza - No dejo de tener sueños extraños, quiero de regreso a Joaquín. Lo extraño mucho. 

Me abrazó. Comencé a llorar. 

-No lo mate. 

-Probablemente no. 

-¿Seguro? - llegó Saturno. 

-Claro que si, lo amaba. 

-Quizá demasiado. Hasta el punto de derramar sangre. 

-Fue un accidente. 

-¿Por qué entonces ambos llegaron al lugar? Uno donde Joshua no pudo estar ya que se encontraba muerto desde hace varias semanas. - su ojo izquierdo, el ojo negro parecía brillar de emoción. 

Me sujete más fuerte la cabeza. Sentí que Frank apretaba más mi cuerpo con el suyo para después aflojar. Me alejó suavemente acto seguido se levantó y miró a los ojos a Saturno. 

-¿Como sabes toda esa información? 

-Los rumores se exparcen rápido. 

-No hay manera de que supieras eso, de que nadie supiera eso. 

-Tengo contactos. 

Frank lo miró desafiante mientras que el otro no se movió ni unos centímetros. 

-Largate y no vuelvas a hablar con Emilio. 

-¿O qué? - Saturno sonrió. - ¿Tus amigos van a ayudar? ¿Por qué lo haces Frank? 

-Vete ahora. 

-Emilio es mi compañero. 

El espejo frente a la pared estalló. Cubrí mi rostro y boca para evitar gritar. 

Perfecta Obsesión. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora